EL TRATO (USA X PERÚ)

XLIX. La pelea

La recepción gritaba "lujo" a todo pulmón. Las paredes de mármol estaban finamente decoradas por aplicaciones de oro y bronce lustrado. Los muebles de caoba daban una apariencia cálida y los candelabros caían con gracia sobre las cabezas de los huéspedes. Perú se quedó unos minutos anonadado ante la belleza del lugar.

De pronto recordó que tenía una misión. Sujeto con fuerza la gigante chamarra y camino hasta toparse con lo que supuso era el área de check in.

Varios relojes decoraban las altas paredes de la recepción. Perú noto con sorpresa que, mientras ahí eran las cinco de la tarde, en su territorio de origen eran ya las tres de la mañana. Quizás por eso se sentía tan cansado.

En lo que esperaba ser atendido, configuro la alarma de su teléfono para que sonara a una hora más decente y pudiese enviar mensajes a su padre, sin levantar sospechas. Aprovecho para informarle a Chile que ya había llegado al hotel, sorprendiéndose con que este le respondiera.

Largarto 
"Entiendo, no hagas tonterías"
Recibido

El enano
Si, tendré cuidado. Cómo esta México?
Visto

Lagarto
Esta... bien. Estable. Ya sabes, los medicamentos lo ayudan con el dolor y la infección de la marca no ha avanzado. Esta peleando. 

Recibido

Tal vez no sepa nada de tu absurda idiotez, pero creo que te esta dando tiempo. No lo desperdicies.
Recibido

-Bienvenido, ¿Cómo lo puedo ayudar?- un joven amable y de elegante porte se acercó a él. Perú bajo su teléfono y miró al recepcionista. Trago en seco, esperando cambiar su gesto a uno más amable y que no reflejara la presión que sentía en esos momentos.

-Buenas tardes- saludo con su característica timidez-, am... tenemos una reservación, a nombre de United States of America.

Esperaba haber pronunciado adecuadamente el nombre completo del americano.

-Por supuesto, un minuto- El joven pareció buscar algo su computador- Si, señor United States, su estancia es de dos semanas, una habitación doble con desayuno y cena buffet incluidos ¿es correcto?

Perú tuvo que procesar la información.

-¿No eran dos habitaciones?- pregunto en un hilo de voz.

-Este, no, se apartó solo un cuarto- Perú palideció. 

La idea de compartir cuarto con USA no le causaba nada de gracia ¿Qué le aseguraba que USA no trataría de propasarse con él? ¿Y si, en mitad de la noche, se subía a su cama, aprisionándolo entre sus fuertes brazos y lo miraba con sus intensos ojos azules? Los recuerdos del motel,  su celo y... el beso... lo atacaron de sorpresa provocando que sus mejillas se coloraran. Creyó erróneamente que su sonrojo era a causa del enojo, por el acto osado de USA de pedir una habitación para ambos.

Ya era suficiente con tener a USA a su lado durante el día y mantener esas ideas a raya, pero... no sabría qué hacer en la noche. ¿Por qué rayos USA no le había preguntado?

-¿Señorito? ¿Está bien?- pregunto preocupado el recepcionista, asustado por la falta de respuesta del menor.

-Si, perdón es solo que...-

-Hola, ya llegué- anuncio USA con voz entrecortada, como si hubiese corrido .

-¿Señor United States?- preguntó el joven.

-Si- USA estiro una identificación, que el joven tomo con detenimiento- ¿algún problema?

-Ninguno, parece que todo está en orden...-