LXIX. Después de la tormenta

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Canadá miraba con incredulidad como su hermano se llevaba la quinta barra de granola a la boca, completamente ajeno a sus padres que gritaban histéricos.

Le sorprendía lo calmado que estaba, era como si el hecho de haber llegado a ese hospital hacia una semana, rozando la muerte, le diera completamente igual. El pelinaranja no pudo evitar sonreír irónico al recordar como llego hecho un mar de lágrimas con USA prácticamente muerto en su espalda, pero su sonrisa se agrió cuando recordó el porque llegaron en esa condición.

Ese estúpido ruso los abandonó apenas pisaron tierra, arrancó a Perú del débil abrazo de su hermano y se fugó sin darles una sola mirada. De no ser porque milagrosamente llegó un taxi, estaba seguro de que esta sería una historia diferente.

Por su parte, USA miraba al techo, masticando con parsimonia. Las luces blancas de su cuarto de hospital parecían quemarle la retina, pero eso era mejor que enfrentarse al par de inconscientes adultos que seguían gritando en su cuarto de hospital.

-¿Yo? ¿Y dónde estabas tú? ¡En el mismo hotel UK! Debiste verlos en algún momento, ¿o acaso estabas muy ocupado montándote a tu amante?

-Por Dios, no te sabía tan vulgar ¿Tú hablándome de valores? ¿Es en serio? Yo prácticamente crie a mis hijos solo Francia ¡No te atrevas a decir que soy un mal padre! ¿Y cómo te atreves a reclamarme algo que tú haces desde el primer mes de nuestro matrimonio?- chillaba el inglés, al borde del llanto.

-Can, want some?- preguntó el americano estirando una barra hacía su hermano.

-¡Para ya de comer!- pero el francés, frustrado, tomó la barra y la azotó en el suelo.

-Ey, that wasn't nice- se quejó USA.

-¡Por Dios USA! Tú también eres un inconsciente- Francia estaba cegado por la ira, así que empezó a despotricar contra su convaleciente hijo- ¿Qué hubiese pasado con el clan si algo les pasaba a ustedes? En serio niño, ¿acaso si quiera llegaste a pensar en la seguridad a tu hermano? ¿eh?

-Él se pudo haber ido en cualquier momento, le pedí en que no me siguiera y solito decidió acompañarme- respondió con indiferencia.

-Padre...- quiso intervenir el canadiense.

Francia estaba tan furioso como para escuchar a nadie, continúo hablando y regañando a su primogénito. En el pasado, USA se hubiese encogido del miedo al ver a su padre de esa manera, pero ahora que había escalado una montaña, recibido una bala y sobrevivido, tenía la sensación de que la vida era muy corta y preciosa como para preocuparse por el enfado sin sentido de un padre chillón y egoísta.

En cambio, UK realmente se sentía culpable ¡A su hijo le dispararon! Lo peor es que su marido tenía razón, estuvieron en el mismo lugar, si hubiese puesto más atención, podría haber evitado que su hijo hiciera una locura. Solo quería tomar a su cachorro en un fuerte abrazo y pedirle perdón.

-Yes, yes, I'm sorry- decía con indiferencia. Su tranquilidad hacía quedar cada vez peor a su padre, provocando más enojo en este- Look, no pasó nada. Se cumplió el objetivo, Bielorrusia puede salir con NZ, sin compromisos, el clan Soviet nos firmará unos tratados muy buenos y regresamos sanos y salvos, yo digo que es un final feliz para todos.

-Pareces un indigente- lo reprochó Francia, obviando que se estaba quedando sin argumentos para pelear y energía para seguir regañándolo.

-Padre, llevo casi una semana aquí porque ustedes no permiten que me den de alta ¡Estoy bien!- USA levantó los brazos al cielo, esperando que Dios hiciera entender a su obstinada familia la inutilidad de mantenerlo encerrado por toda una semana. No había necesidad de ningún suero y mucho menos necesitaba la maquina marcapasos que seguía conectada a su muñeca.

EL TRATO (USA X PERÚ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora