Cierto alfa americano rubio y de ojos azules miraba con envidia la interacción entre México y Rusia, quienes eran totalmente ignorantes a lo que parecía ocurrir a su alrededor.
Le era demasiado obvio que nadie en la familia hispana parecía tener algún atisbo de cariño por el ruso y hacían su mejor esfuerzo para mantenerse al margen, como perros detrás de una valla.
Todos mostraban una cara de completa tortura visual ante el hecho de que Rusia tuviese a México en su regazo, recibiendo mimos y besos en el rostro mientras lo alimentaba con galletas, los mataba de a poco.
Los hermanos acallaban sus quejas tragando las galletas y ahogaban su ira bebiendo café.
El americano no los entendía, en lo absoluto. No comprendía la razón de que todos se muriesen de la frustración al ver el avance tan saludable de México. Poco a poco volvía a ser ese joven omega fuerte y orgulloso de antaño... y se lo debían al regreso del ruso. ¿No deberían estas felices?
Quien sí de plano no ocultaba su aversión era España. El padre no escatimaba en enunciar todos los defectos del ruso, gruñía, y se interponía entre la pareja sin disimulo alguno cada que tenía la oportunidad.
-Bueno ya- como ahora, que se levantó de su sillón apenas noto como su hijo levantaba los labios para besar al Alfa. Jaló a su hijo para sentarlo en el sofá que había ocupado y luego se dejo caer a lado de su enemigo público número uno.
-¡Papá!- se quejó México frunciendo el ceño.
El cambio en el rostro de Rusia fue inminente, sus ojos parecieron oscurecerse y sus facciones se volvieron frías, adoptando la misma cara de sociópata mafioso que USA conoció en la montaña. Pero España no retrocedió, si acaso, enarcó una ceja, desafiándolo.
El alfa ruso se puso de pie, barriendo con la mirada al padre de su pareja, atravesó la sala de dos pasos y volvió a sentarse con México, colocándolo otra vez en su regazo. El mexicano soltó pequeñas risitas y Rusia relajo sus facciones, mirándolo embobado.
USA sorbió su café, plenamente consciente de como las venas de los hispanos en la sala estaban a nada de explotar de ira.
Sin embargo, ellos no eran los únicos con emociones conflictivas, pues el americano sentía una mezcla de alegría, alivio y envidia luchando en él. Por un lado, estaba encantado de ver a su mejor amigo recobrando su salud, pero por el otro lado ¡él también querría tener a cierto omega en su regazo y que le diera mimos! Si acaso la imagen de esos enamorados le dolía más porque México era bastante parecido a Perú.
"Peru is the best" habló su alfa, cosa que él solo pudo asentir en silencio.
Por un momento, se permitió imaginar al pequeño en sus piernas, abrazado a su cuello y sus labios morenos dándole besitos. Escondió su sonrisa en la taza, deleitado ante la idea. Pero su alfa es cabrón y salto de la inocente imagen al recuerdo del hotel, con los muslos del omega a sus costados y su trasero en su miembro.
USA apartó con fuerza esas imágenes, pues no tenía ningún cojín a la mano como para andar de indiscreto.
Se estiró para atrapar otra galleta de vainilla de la mesita de la sala, consciente en que también sus movimientos eran vigilados.
¿Qué hacía en medio de la sala de los Hispánica? Solo Perú podía responder eso.
La verdad, no entendía que pasaba por la cabeza del omega. Fue a visitarlo al hospital ¡Incluso lo abrazo! Pero después el chico jamás respondió sus mensajes ni atendió sus llamadas.
Dos semanas después, le dejó un mensaje con Lima, la recepcionista, quien a regañadientes le dijo que lo invitaba a su casa, incluso le dio la dirección antes de que Perú se las mandara por mensaje, pero ahora el chico brillaba por su ausencia.
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EL TRATO (USA X PERÚ)
RomancePerú es un omega que tratará de salvar a su hermano México después de que fuera mordido por un alfa y abandonando, para ello recurrirá a la única persona que podría ayudarlo. *Imagen de portada no es mía, créditos a su autor* Bueno... pues será una...