Austria tomo su cuaderno y se enfrentó al peruano, quien estaba con la mirada perdida, sujetaba con fuerza el cojín y todo su lenguaje corporal gritaba lo ansioso que se encontraba.-Tu padre me llamó, para indicarme que tuviste una pesadilla y un incidente en el trabajo- hablo el doctor. Omitió la parte donde lo amenazaba para atender de inmediato a su hijo. La psicoterapia no funciona así, Austria podía poner la música, pero era el paciente quien debía dar el primer paso. Así, solo cito a Perú una vez que este pidió la atención por sí mismo.
-No tenía que hacerlo- respondió un poco molesto el chico, más suspiro y miró a los ojos de su terapeuta-. No fue una pesadilla, sino un... recuerdo. Y lo de la cafetería...
No termino su oración y se aferró más al cojín. Recordó el pánico que sintió cuando fue sujetado por el rubio, y de la ansiedad que su presencia le ocasionaba. Pero también recordaba la preocupación en su rostro.
-Entiendo- lo anoto en la libreta- ¿quieres que hondemos en eso?
Perú negó enfáticamente. El terapeuta enarcó una ceja, más no era irregular que los pacientes lo contactarán con un problema en mente y decidieran hablar de otra cosa. Se sentía como quien se pone traje para asistir a una boda y termina en un festival de metal hardcore. Aun así, debía aceptar el ritmo del paciente.
-No, no hoy, por favor- pidió Perú, casi suplicando.
-De acuerdo, entonces ¿hiciste la tarea que te encargue?
-Más o menos- confesó Perú.
-¿Mas o menos? Eso me suena a que no la hiciste.
-No es que- Perú se hizo bolita y se dejó caer sobre el sofá- pasaron muchas cosas. Estuve ocupado.
"Aja, y yo me dedico a ver la pintura secarse" pensó el analista, más ignoro su comentario mental.
-Perú, las tareas que te dejo no son caprichos míos. Quiero que los veas como actividades de autorreflexión, y que son por tu bien.
-Si, lo siento.
-Entiendo, bueno, si gustas podemos aprovechar la sesión para iniciarla, ¿te parece?
Perú asintió en silencio y volvió a sentarse de manera normal. Incluso aparto el cojín.
-¿Cómo me relaciono con los demás?- se preguntó en voz alta. Austria espero unos segundos, pues veía a su paciente reflexionando adecuadamente la pregunta- Siempre he sido tímido. Fuera de mis hermanos... No sé, dependo de otros para formar amistades.
-¿Cómo es eso?
-Puff, no sé... Por ejemplo, Corea, ella se acercó primero, y ella decidió que sería mi amiga. Con Italia fue igual, de un día para otro decidió que sería su amigo. Es como... si esperara que fueran los demás los que dieran el primer paso.
-Los demás deben dar el primer paso- repitió el austriaco- ¿a ti te gusta interactuar con otras personas?
- Hubo una vez que Corea me dijo que parecía un chico soso y sin chiste, pero al conocerme puedo ser gracioso, alocado y fiestero. Supongo ella no tendría esa impresión de mi si no quisiera interactuar con nadie ¿no?
-¿Tú te consideras así?
-Solo con quienes conozco- afirmo Perú- también sé que soy sarcástico y que me trabo al hablar con gente nueva.
-Entiendo, parece que esperas a que lleguen a ti y tu decides si los dejas o no conocerte.
-Si, pero... ¿eso es malo?-
-Perú, todos usamos nuestras defensas al conocer gente, ya sea que aparentamos ser personas que no somos o que demos muy poco de nosotros para mirar, y es natural- lo calmó el doctor-. Mi duda es ¿jamás has tenido la intención de ser el primero en entablar una relación?
De inmediato la cara del americano saltó a la cabeza de Perú, más este desterró esa idea al fondo de su cabeza.
-...No- mintió. Se sentía raro, hacía mucho que no le mentía a su terapeuta.
-Entiendo, no estas obligado a responder Perú, ¿pero ni siquiera has intentado establecer algún contacto con alguien que consideres atractivo?
-¿Quién me haría caso? Para que perder tiempo en eso- contestó burlón el peruano. Austria abrió los ojos y anoto en su libreta.
-¿Quién te haría caso? ¿A qué te refieres?-
-No tengo el atractivo de mis hermanos- dijo después de un tiempo- siento que todos tienen algo especial menos yo. Créame, señor, en mis 19 años de existencia, jamás un alfa, beta u omega se ha fijado en mí. Eso sin tomar en cuenta que el olor de mis feromonas, tengo que usar cremas especiales para neutralizar el olor. Mis hermanos dicen que es mejor que huela a nada a oler a pescado escupido.
-Creí que Corea te había hablado porque quería salir contigo- apunto Austria, obviando el tema de las feromonas.
-Si, pero porque tiene malos gustos- respondió con una risa el peruano.
-Perú...
-No, lo se Doc, sé que no soy una bazofia con piernas, pero- se encogió de hombros-, nunca he esperado que alguien se fije en mi teniendo a mis hermanos a lado. Si, Corea se fijó en mí, pero casi de inmediato me cambio por Colombia.
-Pareciera que te pones como en el segundo plato.
-Claro, no hay quien me prefiera en primer lugar. Ni creo tener el sex apeal que mi padre asegura todos los Hispánica tenemos...-
Entonces lo atacaron un par de recuerdos: El gringo olfateándolo en la cafetería, también de cuando se le quedo viendo su trasero y, lo que le hacía revolver estómago, del momento en el elevador, como lo toqueteo.
Apoyo sus codos en las rodillas y recargó sus barbilla sobre sus manos, ¿sería posible...?
-¿Perú?- lo llamo su terapeuta, intrigado por el aire serio que emanaba el peruano. Perú levanto la mirada y, por primera vez en su vida, deseo dar por terminada la sesión.
-Perdón, me perdí en mis pensamientos- confesó con pena.
-Si, me di cuenta, ¿y que pensabas?
-Que, tal vez, quizás, podría ser que no soy tan feo como creo- musito Perú con duda, pero hizo que Austria sonriera.
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EL TRATO (USA X PERÚ)
Storie d'amorePerú es un omega que tratará de salvar a su hermano México después de que fuera mordido por un alfa y abandonando, para ello recurrirá a la única persona que podría ayudarlo. *Imagen de portada no es mía, créditos a su autor* Bueno... pues será una...