Capítulo 32 (K)

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KEIRA HAMILTON


Mis ojos se abren lentamente mientras escucho el sonido que hacen los pájaros en el exterior. Lo primero que veo es el rostro de Damián frente a mí.

Sus ojos estaban cerrados, sus largas pestañas curvadas hacia arriba lo hacia ver mas adorable, sus mejillas sonrosadas eran tan hermosas que quería peñizcarlas.

Sus labios carnosos y rosados estaban entreabiertos mientras soltaba pequeños suspiros que lo hacían ver aún más tierno. Definitivamente podría quedarme observándolo durante mucho tiempo.

Eso es lo que hice... O al menos eso creo porque después de un rato Damián empezó a moverse.

Su mano que estaba en mi cintura, la apoya para apegarme más hacia su cuerpo, sus ojos se cierran con fuerza y en cuanto hace eso, yo cierro los ojos rápidamente fingiendo dormir.

A decir verdad me daba un poco de pena que me pillase observándolo como loca desquiciada... aunque también es que fue la primera reacción que tuve.

Después de unos segundos siento como él se mueve un poco y yo intento hacerme la dormida lo mejor que puedo. Siento como una de sus manos se posan en mi mejilla derecha y la acaricia.

Me remuevo aún con los ojos cerrados hacia su mano, buscando su calor y me vuelvo a quedar quieta. Entonces siento como sus labios se posan en mi frente dejando un dulce beso en este.

—Eres tan preciosa... -susurra en voz baja —Quisiera poder darte todo lo que te mereces pequeña... quisiera poder amarte como tú lo mereces mi reina -murmura y yo aprieto mi mano con fuerza para contenerme.

—Quiero ser honesto contigo, aunque estés dormida... o eso espero —cuando dice eso último la sangre se me hiela por completo por el miedo -Sé que tu mereces que te ame como tu me amas a mí.

Su mano sigue acariciando mi mejilla mientras que yo intento concentrarme en otra cosa porque como siguiese así, me iba a descubrir.

—Y es que la manera que me quieres... la manera en la que me amas es algo tan fuerte que nunca nadie en mi puta existencia había sentido por mí —mi corazón empieza a latir un poco rápido pero intento controlarlo —Los únicos sentimientos que habían sentido hacía mí en toda mi vida ha sido odio, asco, dolor, vergüenza pero sobre todo pena... aún lo puedo recordar claramente en sus miradas.

Cuando dice eso mi corazón se ablanda y empiezo a sentirme triste por él.

—Y es que cada vez que me miras me demuestras que eres la única persona que ha sentido eso por mí y que lo siente, desde el principio siempre me sentí cómodo contigo pequeña —suelta una pequeña risa.

—Desde que te encontré siempre estuve buscando que solo una mirada se enfocase en mí, solo esa mirada... —mi corazón se acelera hasta tal punto que siento que se saldrá de mi pecho.

Después de unos segundos él vuelve a hablar pero dice algo que no puedo creer que haya salido de su boca.

Te quiero... -suelta en un susurro como si le hubiese costado decirlo —Nunca había dicho esto y menos a una persona... —pausa un momento.

—Bueno en verdad sí ame a una persona —dice y yo siento como los celos comienzan a aparecer —Ella era una mujer especial en mi vida... —dice y yo aprieto los dientes, estoy por golpearlo enserio.

El tono con el que me lo esta diciendo no me está gustando nada, es más que obvio que esta pensado en alguien más.

Intento pensar que es mentira pero de repente siento como un dolor parecido a la de perder a alguien se posa en mi pecho y sé que no es de mi parte.

Por Fin Te Encontré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora