Por Fin Te Encontré

Capítulo 24 (A)

POV ANISA

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(+18)

Siento unas pequeñas cosquillas en mi cuello, abro lentamente mis ojos encontrándome con Raymond encima de mi dándome pequeños besos en aquella zona.

Llevo mis brazos alrededor de su cuello para abrazarlo más a mi, obteniendo como respuesta un gruñido y una pequeña mordida en mi cuello.

Acaricio su cabello mientras él seguía repartiendo besos, lamidas y mordidas en aquella parte tan sensible hasta que de mi boca sale un jadeo.

—Buenos días —susurró él en mi oreja para después morder la piel de mi cuello delicadamente.

—Buenísimos... —susurro, Raymond se separa unos cuantos centímetros de mi rostro para poder mirarme fijamente.

—Estas preciosa ¿Despertaste bien dormilona? —dice mientras que con su mano derecha reparte mimos en mi cintura.

—Muy bien Raymond, ahora apártate para que me pueda lavar los dientes y poder besarte —dije empujándolo haciendo que él caiga en la cama de espaldas.

— Ahg, sabes que no me da asco, Anisa... — escucho a Raymond decir desde la habitación pero solo me asomé y me encogí de hombros desde la puerta haciendo que Raymond gruña.

Cojo mi cepillo de dientes, le echo un poco de pasta dental y me lavo los dientes mientras me miró al espero.

Después de tener mis dientes limpios, me lavo la cara y la seco con una toalla, ya me ducharía mas tarde.

Salí del baño encontrándome a Raymond en la cama en posición de loto haciendo un puchero, así que me acerco a él y me siento enfrente suya para luego tomar su mejilla con mi mano derecha y sonreírle.

—Eres mala... —dijo en un tono asquerosamente tierno.

—No seas así conmigo Ray, sabes que te amo mucho —dije dándole un pequeño piquito en sus labios y él soltó una risilla boba haciendo que me dé un ataque de diabetes.

—Solo te creeré si me das un beso de verdad —dijo sonriendo.

—¿Así? —llevé mi mano derecha a su nuca y él abrió sus piernas lo cual tomé acceso libre para que me sentara en ellas, junté su boca con la mía haciendo que él gruña.

Sus manos se posicionaron en mi cintura y mi mano izquierda fue directamente debajo de su camiseta acariciando la piel expuesta. Raymond deslizó sus manos debajo de mi camiseta del pijama, haciendo que con sus manos frías y mi piel tibia se me erizara el bello.

Suelto un jadeo encima de sus labios y el aprovechó eso para deslizar su lengua explorando toda y cada una de las partes de mi boca, cuando su lengua se encontró con la mia solté un pequeño gemido y el apretó mas el agarre a mi cintura.

Raymond bajó sus besos desde mi mandíbula hasta mi cuello y desde ahí hasta mis clavículas dejando unas notables marcas rojas que en un tiempo se volverían moradas, tomé los bordes de su camiseta y estiré hacia arriba para quitársela.

Él procedió a hacer lo mismo con la mía, al quitarme la camiseta se quedó quieto y jadeante, al principio me extrañó pero luego recordé algo...

Se me olvidaba que yo duermo sin brasier.

—Anisa...—dijo Raymond en un susurro y yo me sonrojo.

—Ya, Raymond si quieres... podemos parar aquí y... —me vi interrumpida con los labios de Raymond sobre los míos.

—¿Tú estas loca? —vuelve a besarme con la misma necesidad que el principio —Eres perfecta —dijo y luego nos dio la vuelta quedando él encima de mi y yo recostada en la cama.