POV RAYMOND
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Nada mas despertar siento como algo se remueve en mi pecho, un exquisito olor se cuela por mi nariz haciendo que busque la fuente de tal magnífico olor. Muevo mi cabeza buscando la fuente hasta que algo suave me hace cosquillas en la nariz.
Hundo mi nariz en ese sitio mientras mis manos van hacia la pequeña cintura de la persona que me acompaña en la cama. Inspiro el olor que amena de ella sintiendo como mi interior se relaja. Abro los ojos lentamente y de mis labios surgen una sonrisa al verla.
Mi preciosa Anisa está dormida y acurrucada en mi pecho, su largo cabello castaño está revuelto y esparcido por toda la almohada, sus manos apoyadas en mi pecho son tan ligeras como dos plumas y tan bonitas como ella misma.
Sus preciosos ojos están cerrados y quiero pensar que es porque está teniendo el mejor de los sueños. Su piel, blanca y suave al tacto que hasta los ángeles deberían de estar celosos de ella.
Y sus labios, sus labios dulces y suaves...
Suelto un suspiro y llevo una de mis manos a su pelo, lo acaricio lentamente mientras se lo acomodo un poco. Siento como ella se remueve en mi pecho y abre los ojos. Miro a Anisa y ella lleva su mirada hacia la mía sonriendo. Sigo acariciando su pelo con una mano mientras ella juega con sus manos en mi pecho.
-Buenos días princesa. - le digo.
Veo como sonríe para luego llevar sus manos hacia mis hombros.
-Buenos días lobito ¿dormiste bien?- me acerco un poco más a ella rozando su nariz con la mía logrando un beso esquimal.
-Perfectamente preciosa ¿y tú? - Anisa ríe y me da un beso en la mejilla para después soltarse de mi agarre.
-Perfectamente Raymond, voy a lavarme los dientes y vuelvo. -Ella se levanta de la cama haciendo que yo ruede los ojos divertido.
-Te dije que no me daba asco Anisa. -quito las cálidas sábanas de mi cuerpo y me levanto de la cama.
-Yo te dije que nada de besos por la mañana -río y asiento, voy hacia el baño y cojo mi cepillo de dientes, le echo un poco de agua y la pasta. Llevo el cepillo a mi boca y cepillo mis dientes sintiendo el olor y el frescor de la menta.
Miro a Anisa a través del espejo y quiero reír, ella tiene las mejillas infladas y los ojos entrecerrados por el sabor de la menta. Escupimos la pasta que tenemos en la boca en el lavamanos y después llenamos las tazas correspondientes de agua.
Después de enjuagarnos los dientes limpiamos el desastre que armamos.
Me doy la vuelta hacia la puerta para salir cuando siento un peso en mi espalda, por inercia agarro de los muslos a Anisa y siento como ella se agarra de mis hombros y ríe.
-Lobito ¡hacia afuera! - me dice mientras señala con su dedo a la puerta. Yo sonrío y asiento.
-¡Pues hacia afuera vamos princesa! - corro hacia la habitación abriendo la puerta de paso y cuando llegamos a la cama suelto a Anisa de los muslos haciendo que ella caiga en esta.
Me doy la vuelta y la veo ahí con el pelo desparramado, los ojos cerrados y una gran sonrisa, mi corazón se acelera y sonrío. Me posiciono encima de ella poniendo una de mis piernas entre las suyas y mis dos brazos a cada lado de su cabeza acercando mi rostro al suyo.
Ella abre los ojos y lleva una de sus manos a mi mejilla, me acurruco en ella al sentir el suave toque y sonrío sin mostrar los dientes. Su mano baja desde mi mejilla hasta mi mandíbula y de ahí hasta mi cuello dejándola ahí.
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Por Fin Te Encontré
Werewolf(Keira Hamilton). Nunca imagine que este mundo fuera real y mucho menos que los licántropos existían. Pero... Todo cambio cuando lo conocí a él. A Damián Kingston, él cambió mi punto de vista junto con mi vida y ahora... no creo poder vivir sin él. ...