Por Fin Te Encontré

Capítulo 26 (A)

POV ANISA

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Salimos de la mansión mientras Raymond agarra mi mano y la entrelaza junto con la suya. Le sonrío y caminamos hasta su coche.

Él me abre la puerta y yo le doy las gracias ante ese gesto, me siento en el asiento del copiloto mientras me abrocho el cinturón de seguridad. Raymond abre la puerta del piloto y se sienta, se abrocha el cinturón para después sonreírme.

— ¿Estas lista para conocer los alrededores de la manada? — pregunta y yo asiento energéticamente.

Arranca el coche, dejando atrás la casa y poco después, la manada.

— ¿A donde iremos exactamente? — pregunto y el solo se encoje de hombros mirándome.

— No te lo diré — murmura y yo sonrió como tonta.

Pero mi sonrisa se borra cuando siento una punzada en mi pecho, entonces de repente ya no estaba en el coche, sino de vuelta en la casa.

Frunzo mi ceño confundida y asombrada, y camino hacia la entrada principal de la casa.

Entonces cuando veo dos cuerpos de dos guardias enfrente de la casa tirados en el suelo, mis ojos se abren como platos y doy un paso atrás. Después cinco hombres aparecen de la nada y se ponen a hacer guardia afuera.

Pero nunca había visto a esos hombre, y esa vestimenta que llevaba puesta no era la de nuestra manada, al menos con la que los guardias se vestían.

Ellos parecen no verme, ya que miraban a todos los lados sin mirarme, aprovecho y me doy la vuelta para huir de ese lugar, pero una voz conocida hace que mi cuerpo se pare de golpe.

Mi hermana... Keira.

Esa era su voz, era ella.

Entonces de repente vuelvo a estar en el coche junto a Raymond, el coche estaba parado y Ray me estaba mirando preocupado.

— Anisa ¿Estás bien? — pregunta y yo solo puedo parpadear para volver a la realidad.

¿Qué mierda ha sido eso?

— Sí... solo — murmuro mirándolo preocupada — Solo ha sido una... ¿Alucinación? — digo confusa.

No sabía lo que me estaba pasando en ese momento, ni lo que acababa de pasar, quizás solo fue una alucinación... o no se.

— ¿Te encuentras bien? — me mira preocupado — Si quieres podemos volver a la manada y... —.

— No, tranquilo — intento olvidar lo que acababa de pasar y le dirijo una sonrisa — Llévame al lugar a donde me ibas a llevar.

— Esta bien, pues pongámonos en camino — murmura con una sonrisa y vuelve a arrancar el coche.

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— Wow, es... magnífico — digo mirando el hermoso edificio que se encontraba frente a mí.

El edificio era muy grande, pero lo que mas llamaba la atención eran las luces que lo rodeaban, haciendo verlo uno de los edificios mas bonitos que se encontraba en el lugar.

El edificio se situaba, en frente del mar, en la playa. No había nadie, ni una persona.

Las barandillas que se encontraban a un lado estaban iluminadas, todo estaba iluminado.