Capítulo 3 (K)

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POV KEIRA





Un ruido suena y me remuevo molesta, intentando acomodarme mejor.

Pero cuando mis manos tocan algo fuerte y cálido, abro los ojos lentamente.

Veo a Justin dormido a mi lado y sus brazos me rodean los hombros, mientras una manta nos arropa.

Nos quedamos dormidos viendo la película... ¡Mierda!

Me levanto y Justin se despierta mirándome confuso, miro la hora en mi móvil y me alivio.

Eran las ocho de la mañana y nosotros teníamos que ir a hacer papeleos y dejar a Anisa en la universidad a las nueve.

Aún nos queda tiempo, eso es bueno, lo mejor será empezar el día cuanto antes.

—¿Qué pasa? —susurra Justin levantándose del sofá.

Lo miró y me dio gracia verlo así, abría los ojos de rato en rato y su pelo rubio oscuro estaba revuelto.

No tenía puesta la camiseta, lo que hacía resaltar su abdomen y tenía sus pantalones de pijama puesto.

—Tenemos que vestirnos ya, en una hora tenemos que salir —lo miró y me río.

—¿De qué te ríes? — él se acerca a mí y yo me empiezo a reír más.

—¿Es que no te has visto? Pareces un perezoso — me río con más fuerza — Solo te falta hablar despacio y comer hojas —Justin se cruza de brazos y levanta una ceja.

Se queda mirandome con una sonrisa y yo levanto las manos en señal de rendimiento.

—Está bien, ya paro —él se acerca más a mi y yo sonrió.

Pero mi sonrisa se desvanece cuando se acerca más a mí, hasta que su rostro está a centímetros del mío y puedo sentir su respiración en mi cara.

Él coge mi barbilla y yo lo miró a los ojos, estaba algo perdida en su mirada.

O eso era lo que yo veía, ya que sus ojos eran de un miel muy bonito, que siempre me han llamado la atención.

Pero... Justin siempre ha sido mi amigo, aunque últimamente se ha comportado raro y sus actos me hacen sentir confusa.

—Nunca dejes de sonreír, nunca lo hagas, te ves hermosa cada vez que te ríes —Justin acerco su rostro más al mío y yo no sabía que hacer.

Solo podía estar quieta, mirándolo y sintiéndome más confusa aún.

Entonces el cierra los ojos y siento como sus labios tocan los míos.

Hasta que estos se unen con los míos, me besa suavemente con lentitud y sus dedos acarician mis mejillas.

Yo decido cerrar los ojos pero... por algún motivo esto se siente incorrecto.

—¡Keira! ¡¿Dónde rayos estás?! — la voz de Anisa hace que me recomponga y me aleje de Justin rápidamente.

Entonces Anisa baja las escaleras y nos ve a los dos, pero cuando ve mi cara y después a Justin, una sonrisa se fórmula en su rostro.

De seguro mi rostro debe estar rojo... más rojo que un tomate.

Me pongo sería y empiezo a caminar hacia las escaleras.

Abro la puerta de mi habitación y me tiro a la cama.

¿Qué mierda acaba de pasar?

No debí haberlo besado. Bueno... más bien él me beso a mí.

Por Fin Te Encontré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora