Capítulo 6- Su Apartamento

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Capítulo 6

¿Ya eh dicho que odio las mañanas?, porque sigo pensando lo mismo. Solo que... Esta vez es distinto, ¡ES SÁBADO!, hoy no hay clases, por lo que tengo todo el día libre, bajé de mi habitación y en la cocina estaban mis padres, claramente ya se iban a trabajar, solo descansan los domingos.

- Emma, ¿Cómo amaneciste?- preguntó mi papá.

Mi padre, él era un señor bastante más alto que yo, sus ojos eran de color café poco más claros y su piel morena, justo hoy iba de traje- como siempre- por su trabajo.

- Como siempre.

Suspiró.

- ¿Cómo quieres que te ayudemos, si no aportas?

- Tú hiciste una pregunta y yo te respondí, no sé cuál es el problema.

- Vente a desayunar, hoy no tienes clases.

Me senté en la mesa y después de al menos 5 minutos, mi mamá puso en la mesa comida y cada quien se sirvió, yo me serví solo ensalada. Comimos en un silencio muy pacífico pero a la vez muy incómodo, por lo que rompí el silencio.

- Voy a salir, les aviso porque no sé a qué hora regresaré, pero será rápido.

Mastiqué una lechuga como si fuera de lo más normal.

- ¿A dónde vas?- preguntó mi mamá.

- A dejar unas cosas.

- ¿Con quién?- preguntó mi papá.

- A Gerardo.

- Bueno, si es Gerardo, supongo que está bien- dijo mi mamá.

- No regreses muy tarde- concluyó mi papá.

- Ok, por cierto... Aún no lo sé bien, pero Gerardo y una chica llamada Lisa van a venir para hacer un proyecto de la escuela.

- Perfecto, pueden venir mañana y los ayudamos- dijo mi mamá con una sonrisa viendo a mi papá.

- Aún no nos ponemos de acuerdo- le recordé.

Terminé de comer, me subí a cambiar de ropa y guardar en una mochila el suéter de Thiago y salí de casa sin más, no faltaba mucho para que ellos también se fueran a sus trabajos, pero aún así me salí. Iba directo a la casa de Gerardo, a fin de cuentas él dijo que me acompañaría. Lo sé, quizá se pregunten porque soy muy seca con mis padres y no con los demás y bueno... Parece que a ellos no les importara la muerte de Oli, piensan que 'si se murió, pues ya ni modo' o al menos eso muestran y no sé, se me hace injusto, como si tan poco les importara su hijo y a mí en cambio me afecta a más no poder, por eso soy bastante seca con ellos, lo sé, quizá sea ridículo, pero esa es mi razón.

Llegué a casa de Gerardo, no recordaba cómo era, pero una corazonada me dijo que era la que estaba frente a mí, esta era una casa de dos pisos, blanca en su totalidad y con bastantes flores- recuerdo que al señor puntual le gusta la jardinería- me acerqué a la puerta y toqué el timbre con un poco de miedo- ¿me habré equivocado de casa?- nadie abrió, por lo que volví a tocar, esta vez escuché pasos bajando de alguna escalera, luego la cerradura se abrió y ahí estaba Gerardo- bueno, creo que tengo memoria de elefante-.

- ¿Emma?, ¿qué haces aquí?, bueno, más bien, ¿cómo recordaste donde vivía?

- Sí, vine por ti y tengo memoria de elefante- dije riendo.

- ¿Cómo que viniste por mí?

- Dijiste que me acompañarías a dejar el suéter.

- Ah, claro, el suéter, pasa- abrió la puerta para que yo entrara- has lo que quieras, deja voy por mis cosas y nos vamos.

La Estrella Que Nunca Se Apagó- TERMINADA ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora