Capítulo 10- Ser El Fuerte

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Mini maratón 2/2

Capítulo 10.

<☆><☆><☆>Thiago<☆><☆><☆>

Hoy decidí ir a casa de mi padre, tenía una semana sin ir, a fin de cuentas, es temprano y Emma aún no sale de la escuela, abrí la puerta principal y entré como si hubiese estado aquí todo el tiempo, caminé a sala donde se encontraban 3 sillones cafés, las paredes eran azules y había una mesita en medio de los sillones. Mi padre estaba sentado en uno de los sillones, me acerqué a donde él estaba y me inqué justo en frente, estaba llorando. Toqué su pierna.

- Hey, no pasa nada- intenté tranquilizarlo.

Me miró por un segundo.

- Tu madre... ya no está... y la necesito... aquí conmigo... no puedo hacerlo... sin ella- dijo pausado porque estaba llorando.

- Yo también la necesito, pero ambos sabemos que no volverá y debemos aceptarlo, seguir adelante por ella, justo como nos lo decía "Si no dejas a alguien morir en paz, esa persona, en vez de llevarse algo bonito, se llevaría una tristeza".

- Ella... lo era todo... para mí- dijo en un sollózo.

- Y para mí, pero ahora solo nos tenemos el uno al otro y debemos hacerla sentirse orgullosa- se me salió una lagrima.

Sin más por decir, mi padre me tomó y me abrazó, entendía su dolor y del porque a veces se volvía agresivo conmigo, pero a mi madre le hice la promesa de que sería fuerte por todos, que aunque los demás esten mal, yo debía estar bien para poder ayudarlos y eso lo que estoy haciendo por ahora con mi padre, quiero ayudarlo a no sentirse tan mal, a superarlo, aunque yo no pueda. Pero debo ser fuerte como lo prometí.

Me senté a su lado y charlamos por un rato más, hasta que estuvo riendo y ya no llorando, mi padre nunca a sido una mala persona, ni siquiera salvaje, es solo... que le afecta de más las cosas de verdad le importan.

- Tengo que irme- dije.

- ¿Vas a ver a esa chica?- indagó

¿A esa chica?

- ¿Cuál chica?- dije sorprendido.

- Te eh visto babear por una chica que conociste creo que en un árbol.

A cabrón, si habla de Emma, pero... ¿Y él cómo sabe eso?

- ¿Emma?

- Aaa, con que así se llama.

- No babeo por ella.

Una mentirita no afecta.

- Aham.

- Ve a dormir, alrato regreso.

- Con cuidado.

Fue lo último que escuché antes de salir e ir a casa de Emma. Toqué el timbre y nadie me abrió, volví a tocar y nada. Hice una mueca.

¿Habrá ido al árbol?

Llegué a el lugar donde nos conocimos y tampoco estaba por ningún lado.

¿Dónde estás, mi amor?

Caminé sin destino alguno, iba demasiado desconcentrado, ¿dónde estaba, Emma?, ¿y si le pasó algo?, no puedo estar tranquilo, ¿dónde más estaría?.

Iba tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta de que había chocado con alguien.

- Lo siento- dijo.

¡Esa voz!, ¡Es de Emma!

Me giré hasta verla frente a frente.

- ¡Emma!

Me vió y me rodeó de brazos, era un abrazo desesperado, como si no hubiera tenido nadie con quien hacerlo y al verme, ese fuera su momento, por lo que le correspondí el abrazo, siendo sinceros, yo también lo necesitaba por parte de ella.

- ¡No puedo, Thiago, no puedo!- dijo en mi pecho.

- ¡Hey!- intenté calmarla- tranquila, no pasa nada...

- ¡Todos dices eso!, NO PASA NADA, y sabes que... si pasa y mucho, mi hermano murió por mi culpa y no tengo a nadie para desahogarme, tengo que hacerme siempre la valiente ¡y ya no puedo!, me estoy cansando de esto, de fingir hacerme la fuerte y no serlo- empezó a llorar, pero no me soltaba, cosa que no me incomodaba.

- Emma, te entiendo, yo tambien sufró con la muerte de mi madre y si, puede que tambien haya sido mi culpa, pero no por eso me estoy rindiendo, ¿o sí?, ambos debemos ser fuertes y superarlo, hacerlos sentirse orgullosos de nosotros.

- ¿Cómo se va a sentir Oli si supiera que nunca lo eh ido a ver?- supongo así se llama su hermano- Estaría desepcionado de mí por ser tan cobarde, ¡Es... era mi propio hermano!

- Oye, no tienes que culparte tu sola por no ir a verlo, tienes tus razones y estoy seguro de que él lo entendería, tampoco te forces a pensar de más las cosas, mi Estrellita Fugaz.

Ella sonrió y me apretujó un poco más, nada que no pueda resistir por suerte.

- ¿Estellita fugaz?- dijo en un sollózo.

- Sim, eres mi estrellita fugaz, cuando era pequeño le pedí un deseo a una y al fin me lo cumplió.

- ¿Cuál era ese deseo?

- No te lo diré.

Me soltó, tomó mi mano y ella me llevó hasta su casa, sus ojos estaban hinchados- era obvio, porque estaba llorando- su respiración seguía agitada, pero al menos ya estaba tranquila mi pequeña Estrellita fugaz.

Al llegar, ella de dijo un "gracias por traerme", el cual me sacó de onda porque ella me llevó a mi, no yo a ella, pero tampoco le reclamé, me dijo que si mañana no iba a la escuela, iba a ir a mi apartamento y me golpearía, sus amenazas son muy lindas, pero quiero hacerla sentir bien, así que ni modo, mañana tocó ir a la escuela, no me importa hacerlo solo por ella, mientras esté feliz, yo me doy por bien servido. Además, soy buen estudiante, puedo sacar buenas calificaciones, aunque haya faltado por más de una semana, no me preocupo por eso, lo único de lo que me preocupo es de la carrera que tomaré para el resto de mi vida, me gustaria ser astrónomo, pero tampoco suena mal psicólogo o filósofo, no lo sé, aún estoy dudando mucho y cada vez tengo menos tiempo, pero bueno, por ahora, me importa más el bienestar de Emma y de mi padre. Y tengo una idea, el día del cumpleaños de mi madre, llevaré a Emma, para que visite a su hermano por primera desde que murió, me gustaría que se despidiera, ya que nunca pudo hacerlo.

La Estrella Que Nunca Se Apagó- TERMINADA ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora