Capítulo 14- De Risa A Seriedad

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Capítulo 14.

Al fin amaneció, dormí muy tranquilamente durante la noche, realmente no tuve inconvenientes, más que el pequeño ruido, que por cierto, debo revisar que fue. Me froté los ojos como si nada y me quedé mirando el techo.

¿Y Gerardo?, ¿no estaba conmigo?

Al recordarlo, me acomodé como pude para levantarme, casi casi aventé mis pies al suelo en busca de mis pantuflas.

- ¡Au!

Bajé a ver a mis pies lentamente.

- ¿Gerardo?, ¿Qué haces ahí?- pregunté.

- ¡¿Que qué hago aquí?!, ¡Me tiraste en la noche!

- ¿Yo...?

- ¡Sí, tú!

Al oír eso me solté a carcajadas, cosa que lo hizo enfurruñarse.

- Claro, como no te tiraron a ti- me reclamó.

- ¡Lo siento!, además, ¿por qué no te levantaste si ya te habías caído?

- Si lo hice, ¡pero me volvías a tirar!

- Ay ya, no seas tan payaso, vente, vamos a desayunar.

A esta hora, aún están mis padres aquí y con esto, amanecí de buenas. Bajé las escaleras y llegué a la cocina.

- Buenos días- dije.

- Buenos... días, hija- dijo mi mamá- ¿Por qué tan buenos?

- Gerardo me hizo el día.

- Hablando de...

Gerardo iba bajando las escaleras, llevaba una pijama mía que me quedaba muy grande y por eso yo no usaba.

- Señora Prain, regañe a su hija ¡Me tiró de la cama en la noche!

- ¡Ya supéralo!- ataqué.

- ¡A que no!

- ¡Que sí!

- ¡Que no!

Le saqué la lengua en forma de que no sabía que más decir y el me dedicó una sonrisa victoriosa.

- ¿Qué está pasando aquí?- llegó mi papá.

- Señor Prain, pasa que su hija- me miró de reojo- ¡Me tiró de la cama en la noche y se hace la victima!

- ¡Te dije que lo superaras!

- ¡Pero dolió!

- ¡Pues sóbate!

- ¡Mocosa, grosera!

- ¡Pesado, te llevas y no te aguantas, tú si chillas!

- ¡Yo no chillo!- trató de defenderse.

- ¡Eres un chillón!

- ¡Basta!- interrumpió mi papá- vamos a desayunar.

Le hicimos caso y todos nos sentamos, Gerardo conoce mi casa a la perfección, casi como que él viviese aquí.

- ¿Leche?- me preguntó Gerardo.

Le puse mala cara.

- Ah, claro, que no te gusta.

- ¿Qué harán hoy?- preguntó mi mamá.

Miré a Gerardo.

- No lo sé, quizá salgamos a pasear o algo así- di como opción.

- Bueno, mientras no llegues tarde a casa, no hay problema.

- No se preocupe, Señor, yo la cuidaré.

La Estrella Que Nunca Se Apagó- TERMINADA ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora