¿Aceptarías una segunda oportunidad para tener lo que has deseado y te han negado?
Después de que Jackie, Jade, y todo el equipo J se deshicieron de Shendu y Drago, la vida continuaba para todos, en especial para Jade, cuya llegada de un nuevo maest...
Había pasado apenas un día desde el nuevo entrenamiento con Lucy y el profesor Garner. A consideración, ya el cuerpo le dolía mucho menos que en días pasados. Si le quedaban dolores de ejercicio, eran muy leves. Jade estaba en un café tomando un jugo y tenía en la mano un pan caliente de chocolate que todavía no se había comido; de hecho, ni lo había sacado de la bolsa en la que se lo dieron, y andaba preguntándose sobre lo que iba a hacer, y si por ella fuera, no lo haría de ninguna forma. Se le notaba el fastidio en su voz.
—Jade: No puedo creer que voy a hacer esto. Alguien que me diga por qué rayos accedí.
—Reina: ¿Quieres aprender a dominar todas tus habilidades y tener alguien que también te comprenda tan bien como yo? ¿O no?
Jade hizo un sonido de queja, pero sabía que la reina estaba en lo correcto.
—Jade: Solo vamos.
Jade acabó el jugo que se estaba tomando, dejó su pago con una propina extra, y salió de ahí. El pan que compró le serviría para comer luego, si es que regresaba viva de donde iba a ir.
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De inmediato se fue a un callejón cercano, y una vez que nadie la veía, se sumergió en las sombras. Se transportó a lo que parecía ser una cárcel, pero totalmente pintada de blanco. Se divertía mucho cuando se transportaba por las sombras. Dominar esta habilidad le tomó muy poco tiempo. Era como moverse sobre un líquido que parecía tinta, pero le gustaba, aunque esta vez, era cualquier cosa menos un viaje por diversión. Al llegar, estaba ya con su vestido característico y unas botas acordes al estilo de la Reina. No había como tal una puerta o una entrada, pero solo por las sombras era la única forma de llegar. La cárcel hacía parecer que Alcatraz era un hotel 5 estrellas, y esta cárcel en particular únicamente tenía un único prisionero. El Oni a quien iba a visitar: Tarakudo.
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Recorrió la cárcel que era únicamente un pasillo muy largo con curvas, con un único rumbo y que tenía además un prisionero. Para nada decía "este es un sitio agradable". Y finalmente encontró a quien quería ver, lo cual le dio una gran sorpresa y satisfacción.
—Tarakudo: Vaya, vaya. Así que la Reina por fin ha vuelto a ejercer su mando en las fuerzas del mal. ¿Finalmente asumirás tu papel de reina de la oscuridad?
