¿Aceptarías una segunda oportunidad para tener lo que has deseado y te han negado?
Después de que Jackie, Jade, y todo el equipo J se deshicieron de Shendu y Drago, la vida continuaba para todos, en especial para Jade, cuya llegada de un nuevo maest...
A Jackie le habían pedido ir a buscar un artefacto antiguo en un templo en Teotihuacán, cerca de la Ciudad De México, y Jade lo acompañaba; era una figura de un dios antiguo mexicano hecho en bronce, decorado con esmeraldas. Era el primer viaje tranquilo en mucho tiempo, y Jade se lo había ganado. Al final del año escolar, sus calificaciones estaban por el techo y la condecoraron con mención de honor. Incluso a Lucy la habían condecorado. Entre ambas tenían una rivalidad amistosa por las calificaciones, pero también, ambas se apoyaban en sus avances. Este era su premio y aunque Jackie quería restringir a Jade, mostraba que sin duda era muy buena y no le daba tantas restricciones ya. Se sorprendieron todos por su desempeño. La niña rebelde que aún lo era, pero mucho más, en su colegio había arrasado con las calificaciones. Estaba en el calibre de un genio. Quedaban todos boquiabiertos: sus profesores, Jackie, el Capitán Black, los agentes de la Sección 13, estaba tirando bocas como nunca. Y también, Tarakudo había visto el enorme desempeño de Jade y su triunfo se manifestaba. Si en la magia le iba tan bien, en su escuela, era algo esperable.
En el templo al que iban sí había maleantes que los perseguían, aunque no los habían visto todavía. Eran cazadores de tesoros. Ya en el sitio, Jackie le dio a Jade la oportunidad de explorar también. Se dividieron para cubrir más terreno. Mientras Jackie se encontró el tesoro sin dificultad alguna, los cazadores llegaron con Jade y por pensar que era una niña, creyeron que la tendrían fácil. Se equivocaron.
Jade les dio una paliza a los 6 tipos sin problemas sin necesidad de sacar a la reina. Ya luego, en el punto de encuentro del templo, vio a Jackie otra vez y hablaron de lo ocurrido.
—Jackie: Jade, ¿Encontraste algo?
—Jade: Por acá no, tío Jackie. Todo estuvo tranquilo.
—Jackie: Qué bueno. Ya tenemos el tesoro. Podemos irnos. Esto va a irse directo al museo.
—Jade: Vaya. Parece que nos iremos de aquí sin problemas y sin peligro.
Lo que no dijo Jade y con lo cual se estaba aguantando la risa, es que dejó a los cazadores amarrados, colgados, y vendados. Llamó a la policía y vendrían a recogerlos en una hora.
En la ciudad, estaban en un mercado y vieron un afiche de El Toro Fuerte que estaba de viaje en un tour por el país y la siguiente presentación era en la Arena México. Era un evento de exhibición con participación abierta a luchadores novatos. Con solo ver el afiche, Jade ya andaba pensando un plan para poder ir.
—Jade: Jackie no me dejaría ir a las luchas, así que debo pensar en algo.
En eso, vio una tienda deportiva y le preguntó a su tío si podía recorrer el mercado libremente.
—Jade: ¿Jackie, puedo recorrer el mercado?
—Jackie: Adelante, por qué no. Pero vuelve aquí en media hora. Ten también algo de dinero por si acaso.
—Jade: Está bien. Gracias.
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