El Regreso De La Reina De La Sombra De Khan

Lecciones Oscuras. Primera Parte. El Gran Viaje

Jade había estado aprendiendo magia oscura por días. Aprovechando que la carga académica de su escuela estaba muy liviana y casi no dejaban tareas, quiso aprovechar su tiempo libre y ponerse a estudiar sobre magia demoniaca con Tarakudo, Lucy, y su profesor. Se empezaban a preocupar un poco por Jade porque la veían estudiando tan arduamente. De hecho, casi pensaban que se enfermaría, pero, sin embargo, ella sabía cómo regularse, controlarse y ver hasta dónde podía llegar en sus esfuerzos. Además, muy rara vez estudiaba tanto que se frustraba o empezaba a quedarse dormida. Incluso podía pasar 4 horas sin parar en un solo libro. El manual arcano logró dominarlo en días. Pero sus ansias de aprendizaje eran imparables.

—Lucy: ¿Jade es una máquina o qué? Ha estado pegada a los libros por horas. No se detiene casi ni a comer.

—Tarakudo: Es su estilo. Cuando se propone algo, se esfuerza hasta conseguirlo.

—James: ¿Cómo puede aguantar ese nivel? Casi no es humano. Ni en mis lecciones de doctorado he trabajado así. Da miedo. Pero da orgullo.

En alrededor de tres semanas ya estaba avanzando muchísimo. Sin embargo, se había planteado que no solo debía ser buena para sus avances, sino que también debía superar a Tohru y al tío si quería tener su vida asegurada incluso en la parte mágica. Bajo otro contexto, con lo mucho que esforzaba, ya parecía que fuera una estudiante universitaria o algo así, pero sin duda era responsable, equilibrada, se esforzaba mucho, y en especial, no se excedía en sus estudios.

Mientras tanto, en su cabeza.

—Jade: Sabía que algo así iba a llegar. Si me equivoco, se acabó. Esto iba a llegar tarde o temprano: Mi propia familia como enemigos. Si se enteran del tatuaje, todo va cuesta abajo. Se molestarían porque no les dije que la reina volvió, que soy el nuevo mal que amenaza al mundo y, por lo tanto, debo ser derrotada a su perspectiva. Ay.

Calma. No te enojes. Respira. Todo saldrá muy bien.

Jade se dio cuenta que, desde aquí, si quiere superar a su tío y a Tohru, por decir lo mínimo, tendría doble o hasta triple trabajo. Además, debía anticiparse a la posible presión de su familia que probablemente la iba a perseguir para detener sus posibles planes a futuro si descubrían que la reina había regresado. Y con la Sección 13 como adicional, no iba a hacer las cosas más fáciles. De igual manera, con todas las visiones y sueños que había tenido, ya tenía una gran preparación para sucesos futuros y no cometer errores serios. La diferencia aquí a una situación común, es que conocía todo el contexto al derecho y al revés.

Para poder esforzarse aún más, aprender mucho mejor, y trabajar con la cabeza fría, pensó que podía encerrarse por unos días en una habitación de la Sección 13. Era justo lo que necesitaba. Y los posibles asuntos que se lleguen a generar en su escuela, los arreglaría luego.

—Jade: Capitán Black, ¿le molesta si tomo prestada una sala? Necesito estudiar para unos trabajos que se avecinan.

—Capitán Black: Adelante. Con tus finales acercándose, necesitas estar preparada. Toma lo que necesites. Ya casi llegan tus finales, y tu promedio, debes mantenerlo.

Como si eso fuera poco, incluso como agente, barría el piso con todo lo que hubiera, y en la escuela, tenía que irle terrible para que saque siquiera una calificación de 8.5 sobre 10. Le aprobaron su petición sin cuestionar ni preguntar.

Jade estaba que no se cambiaba por nadie debido a que ya tenía lo que quería, y carta blanca para hacer lo que desee. Ahora solo debía esperar al día indicado y todo listo. Quedaba menos de un mes hasta los exámenes finales, y Jade iba a aprovechar el tiempo.

El día en cuestión que empezaría sus estudios, un lunes, primero fue a casa a almorzar, y luego de eso, agarró al menos una docena de libros del tío, mucho de su material de estudio, y se fue a la Sección 13. Quería estudiar mucho más a fondo los libros y a partir de eso, combinar eso con las enseñanzas de Tarakudo. Sorprendentemente, Tohru le prestó los libros sin oponer tanta resistencia y sin preguntar casi. Los libros académicos eran solo una fachada para lo que en verdad haría.