¿Aceptarías una segunda oportunidad para tener lo que has deseado y te han negado?
Después de que Jackie, Jade, y todo el equipo J se deshicieron de Shendu y Drago, la vida continuaba para todos, en especial para Jade, cuya llegada de un nuevo maest...
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A Jade y a la Reina no les importaba para nada la concepción del tiempo en donde estaban. Solo se preocupaban por disfrutar, aprender, y relajarse. Jade por fin se estaba sintiendo libre y satisfecha con lo que hacía. Hace mucho que no se sentía así. De hecho, esto era sin duda lo que tanto había deseado y mucho más.
Aprovechando los beneficios del templo, tanto que había deseado aprender, en efecto lo estaba haciendo: mejorar más en combate, aprender a manejar moto, gimnasia acrobática, cómo mejorar su intelecto, silbar más fuerte, historia de su país, tradiciones antiguas orientales, lenguas muertas, caminar de cabeza, sostenerse con las manos en sitios altos, correr por edificios, fortalecimiento físico, incluso hasta estudiaba guerras y se veía a sí misma como la dirigente de algún país. Claro que eran ejercicios, pero se notaba que era en extremo calculadora. Aun si eran solo eso, dirigía su mandato como nadie. Se colocaba en el papel de Presidente, de Dictadora, de General, tanto distraerse en clase, o poner atención, estaba rindiendo frutos. Incluso quiso jugar a ser la jefa de la Sección 13 y al principio le costaba mucho dirigirla, pero también corregía sus fallas. Aprendía bastante rápido y se estaba preparando por si algún día dirigía la agencia; hacía muchas anotaciones de sus progresos y eso le ayudaba demasiado. Su yo del futuro le dijo que sería la jefa de la Sección 13, y con todo esto, superaba por mucho los requisitos mínimos de admisión. A propósito se colocaba a sí misma en situaciones de extrema crisis y lograba solucionarlas. Era una estudiante sumamente hábil y aprendía bastante en muy poco tiempo. De hecho, se diría que era una genio.
La diferencia de tiempo con la realidad le estaba ayudando mucho porque lo que en su mundo parecían horas, en ese mundo parecían en efecto días. Y afortunadamente, esto les permitía a ambas estudiar lo que quisieran a sus anchas sin limitarse de ninguna forma. Además, como podían adecuar el lugar a sus deseos, incluso llenaban el sitio con una piscina de pelotas, un parque de camas bungee, muros de escalada, una piscina, lo que quisieran. Esto era mucho más que siquiera sus sueños más locos. Y claro, no tenían restricciones de ningún tipo. Cabe señalar que se deshacían de una concepción inicial: que la reina solo debe quedarse en el palacio, aburrida, dirigiendo las necesidades del reino y siguiendo reglas sin poder salir a disfrutar y divertirse.
A juzgar por la concepción de tiempo que más o menos agarraban, habían pasado ya 12 días desde que llegaron al templo. ¿Cuánto había pasado en la realidad? Ni idea, pero eso no importaba mucho. Jade y la Reina andaban literalmente volando en aprendizaje y diversión. Esto era mucho mejor que vacaciones, y no tenían restricción alguna. Hacer lo que quieran en su máxima expresión. Aunque estaban en el templo, se mantenían en constante comunicación con Tarakudo quien las acompañaba todo ese tiempo, y también les mandaba información a Lucy y a su profesor para que sepa que andaban bien.
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