16. Rodaballo

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Cold as ice de Foreigner resuena en el coche cuando Yuri y Maxime entran en el coche a esperar que Diego se despida de Idoia y se vayan cuando un todoterreno negro se pone a su lado y de él se baja Risto.

Solo verle le produce un respingo por todo el cuerpo a la pobre Maxime, que a través de las lunas tintadas no puede dejar de mirarlo y ver como avanza hacia Diego, recto como una vela y aun acariciando el brazo de Idoia con cariño.

El sonido de un vomito a su lado la hace girar la cabeza después de seguir a Risto con la mirada hacia ellos. Hay alguien vomitando al lado de su coche, atisba a ver que debe ser una mujer porque ve un vestido y unas piernas. Nadie sale del coche a ayudarla y ella misma no sabe si bajar la ventanilla. Va a abrir la puerta y Yuri ha bajado los seguros.

Cuando la cabeza de la chica se levanta y busca su reflejo en la luna tintada, mirando por si se hubiera manchado la boca, a Maxime se le ilumina la mente y se le aparece un fogonazo en las ideas.

-Yuri, girate sin dar el cante y dime quien es esta chica. – dice susurrando.

-No me hace falta girarme – enciende las dos pantallas del coche y la cara de la chica se ve en la pantalla antes de que un enorme señor la vuelva a meter a regañadientes a la parte de atrás del coche.

Todo el mundo la está buscando y ahí está, Ariadna Mendez, desaparecida, está en el coche de uno de los narcotraficantes, secuestradores y violadores más grandes del país.

-Es... - dice Maxime, susurrando.

-Lo se, no te muevas. Quedate quieta, es mejor que nadie te haya visto verla.

-Pero...

-Pero nada Maxime, esa gente no es como los malos de las pelis, esa gente es como los malos de las pesadillas.

Diego se dirige al coche con paso ligero y le hace el gesto a Yuri de que arranque y avance, él no duda y le hace caso. Diego se sube delante y apoya su teléfono en el reposa brazos.

-Me subo delante porque no quiero que te vean...

Yuri se ríe y ella también.

-¿De que os reis vosotros dos?

-Yuri, que es pitoniso.

Maxime duda de si escribir a su hermano o no, aun así, apunta la matricula en el teléfono y la manda a Garrido. Borra el mensaje cuando ve que los dos tiks azules han aparecido en la pantalla. No escribe nada más. Su jefe ni contesta. Sabe que la llamará en cuanto pueda.

Vuelve a suspirar y Diego baja la música.

-¿Que te pasa?

-Nada, estaba pensando en que tenía que hablar de unas cosas con mi hermano y se me había olvidado.

-Siento haberte secuestrado – dice pidiendo perdón y haciendo que ella se estremezca ante la palabra secuestro.

-Hablando de secuestros, ¿sabes quien tiene a la muchacha que nos enseñó ayer Cayetana?

-No me jodas Yuri. – le contesta mientras ve las imágenes repetirse una y otra vez en la pantalla del coche.

Hábil, Maxime graba las imágenes en lo que puede, pero no se atreve a mandarlas.

-Menudos cerdos. Me dan ganas de grabar esto y mandárselo en anonimo a la policía con la matrícula de esos degenerados.

-Sería una buena manera de quitárnoslos del medio.... – dice Yuri acelerando.

-Ni de coña, esa gente, hasta que no les pillen con una pistola en la mano o la cabeza de una muchacha, nada. Tienen a mucha gente comprada y algún que otro amigo en la policía.

SIN LIMITESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora