-¡Diego! ¿¡Diego donde cojones estás!? – brama Yuri desde fuera del invernadero, con tono de desesperación.
-Vístete – la pide mientras la levanta de encima con un beso y busca su camiseta – ¡Yuri! ¡Yuri en el invernadero!
Yuri abre la puerta del invernadero en pijama, con dos de los rusos a su lado y cara de que una bomba hubiera caído encima de la casa.
-Diego, han reventado Atlántida, han entrado y la han liado gordísima... esta ardiendo.
Diego se sienta en el mismo suelo en el que se acababa de levantar, con Maxime poniéndose la sudadera y levantándose antes que él.
-¿Habéis avisado a la policía? – pregunta ella, pero nadie la contesta – llamo a mi hermano?
-¿No sabemos nada? – pregunta buscando respuesta en la mirada de su amigo.
-Nada, pero iban bien armados. Ha dicho Omar que estaban de camino los bomberos y varias ambulancias, se han cebado con los chicos.
-Diego, levanta, tenemos que ir – dice una Maxime que no puede resistir un instinto que la sale de dentro.
-Nos vamos nosotros, tu no vas. – replica levantándose. – Nos vamos tú y yo con estos dos, el resto se queda con ellos.
-Yo aquí sola no me quedo, voy contigo. Puede pasarte cualquier cosa. – grita enfadada.
-Por eso mismo, porque van a por mi, te quedas aquí. Salid, Yuri, ponte otra cosa que no sea un pijama ya, dos minutos y nos vamos.
Todos salen del invernadero menos ellos, que se quedan mirando con gesto triste. EL se limita a abrazarla.
-Dentro de la promesa de cuidarte se incluye esto, no puedes venir a un sitio al que le han prendido fuego pequeño M&M, te derretirías.
Ella se rie con el chiste tan malo que la hace y le besa de nuevo.
-Tened cuidado, ¿vale?
El móvil de Diego vibra en la recién puesta sudadera. Un numero desconocido. Ambos se miran y cuando va a cogerlo Maxime le pide que sea en altavoz.
-¿Si? – pregunta Diego con el móvil entre ambos.
-¿... Diego? – pregunta, temblorosa, una voz familiar.
-¡SEBASTIAN! Sebas, Sebas ¿dónde estás?
-Diego, no tengo tiempo, he robado el teléfono, me tienen secuestrado.
-¿Pero quién? ¿Como? ¿Donde?
-No lo se, no veo nada, me trajeron con la cabeza tapada...
Maxime le coge el teléfono y se lo pone directo en la boca. Por el tono de voz del chaval, ha robado un teléfono y ha llamado a su primo para que le rescate.
-Sebastián, soy una amiga de Diego, necesito que me digas si te huele a algo extraño.
-¿Oler? – susurra... - no me huele a nada, a ver a humedad, pero no...
-Que se escucha, ¿estas en total silencio?
-No, no, eso no, oigo como una música lejana, como si estuviéramos en algo con un hilo musical pero no se lo que es.
-¿Recuerdas haberte dormido cuando te taparon la cabeza?
-No, de eso me acuerdo, estuve llorando del dolor todo el rato.
-¿Estas herido?
-Me han metido unas cuantas turras y cuando me subieron a la furgoneta me partieron un dedo... - dice empezando a llorar.
-Los que van a verte, ¿son siempre los mismos?
-Oigo algo, tengo que colgar.
-Apaga el teléfono y mételo donde no puedan verlo. Apágalo. – le dice Maxime
-VOY A SACARTE DE AHÍ SEBASTIAN.
-Lo se Magno, por eso te he llamado a ti...
El sonido que produce la llamada al colgarse le rompe el corazón a Maxime en dos pedazos solo imaginándose lo que viene después.
-Escúchame un momento Diego, deben tenerlo en un sótano de algún club o de alguna discoteca. Y cerca de donde visteis que desapareció, si no del dolor en el coche lo habrían dormido de escucharle quejarse.
-Maxime...
Hay algo que empieza a dudar sobre ella, algo que empieza a rondarle detrás de la oreja, pero, ¿quiere verlo? ¿quiere quitarse la venda de los ojos o quiere quedarse con ella?
-Maxime no te separes de Cayetana y de los rusos, ¿vale? Estaré aquí en un par de horas, con lo que hemos sacado, Romeo va a recuperarme a Sebastián.
-Ten cuidado, por favor.
-Tranquila.
Se besan de nuevo y Diego sale del invernadero corriendo.
Corre por el jardín en dirección a los coches que están ya preparados en la puerta. Yuri no tarda en aparecer y subirse de piloto, lanzándole un neceser que pesa. Diego saca las pistolas de dentro y las coloca.
En los asientos delanteros ellos, detrás, sus dos guardaespaldas.Yuri conduce rápido hacia La Atlantida, sin pensar en las multas, solo en que no le pare la policia. Los bandazos, los acelerones. Nada se les hace raro, hay una urgencia enorme en llegar.
Diego les cuenta mientras la llamada de Sebastián.
Todos sacan sus propias conjeturas. Un momento así no es el mejor para pensar en donde puede estar aunque las preguntas exactas de Maxime hayan sido idóneas.La Atlantida en llamas no tarda en aparecer frente a ellos. Todo lleno de ambulancias, bomberos y policia. Por cómo se ve por fuera, no hay ni un ladrillo que se pueda salvar. El primer club de Salomé, reducido a cenizas.
-¿Que cojones han puesto? ¿Una puta bomba? – grita Yuri al salir del coche.
Ya hay cordon policial y Diego tiene que presentarse como el dueño del local al primer policia que se encuentra, que les deja pasar a duras penas.
-Omar! – llama Yuri a su amigo, que esta sentado en la puerta de una ambulancia con una manta amarilla y la cara llena de vendas.
-Omar, que ha pasado? – pregunta un Diego que no sabe dónde mirar, sintiendo el calor de las llamas prácticamente en su cara.
-Ha sido todo muy rápido chicos, vi como entraba uno de los puertas nuevos sangrando arrastrándose por la puerta, salimos todos a ver que pasaba... Y a la que íbamos a salir del club, entraron como un equipo de tíos con armas amenazando a todo el mundo. A mi no dejaban de decirme "Dile a tu jefe que salga" pero no me dejaban llamarte, solo querían darnos una paliza a todos... Cuando se iban han empezado a tirar cocteles y a prenderle fuego a todo. Hemos salido todos del club y como al minuto, ha sonado algo parecido a una bomba.
Diego y Yuri se quedan callados, Yuri abraza a su amigo Omar, que llora desconsolado frente al miedo y al dolor. Diego empieza a acercarse a los compañeros, a darles ánimos y a pedirles que se vayan a casa a descansar en cuanto puedan.
-Ni idea de quienes eran, ¿no? – le pregunta a Omar.
-Que va Diego, iban tapados hasta las orejas. Armados como si esto fuera el Call Of Duty.
-Disculpe, ¿es usted Diego Miller? – pregunta una voz a sus espaldas.
-El mismo – responde antes de girarse.

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SIN LIMITES
Gizem / GerilimMaxime es una joven policia que acaba de ser promocionada al equipo de investigacion de su novio, con la mala suerte de que, el primer dia, la usan de cebo para conseguir informacion para un caso muy importante. ¿Mala suerte? Depende de por donde se...