Después de comer con toda la familia al completo, en ese entorno que sigue pareciéndole de película, Maxime se siente cada vez más a gusto, más ella, más lejos del operativo, menos concentrada en la misión que le han encomendado y más pendiente de él. De sus gestos cariñosos, de sus bromas y de esa sonrisa que parece que la está metiendo una espiral de la que cree, a veces, que debería salir.
Parece que la conversación telefónica con Marcos ha sucedido hace un milenio y el golpe de dolor que le ha dado escucharle llorar se ha alejado tanto como siente que lo tiene.
Aunque hacer que no tienes sentimientos, no significa que los tengas, y su semblante, tampoco está del todo feliz, cosa que Diego, nota solo con mirarla.
-¿Quieres echarte un rato M&M? – la pregunta cariñosa acariciándola la rodilla.
-No, estoy bien escuchando a tus primos contar batallitas, tranquilo. – miente con esa cara fingida de saber estar que tanto ha ido practicando a lo largo de su vida.
-Oh, acabo de caer en una cosa, lo que el otro día quise enseñarte por la noche cuando nos tuvimos que ir a Galicia, puedo enseñártelo hoy.
-¿Y que es? – inquiere, curiosa e inclinándose hacia el, intentando seducirle con la mirada.
-Ni lo intentes, hasta esta noche, no vas a saberlo.
Esta vez es el quien se inclina hacia ella y sin pensar en todos los que les observan en ese momento tan tonto de intimidad, la besa de manera rápida y dulce, dejandola con ganas de más.
-Oh Dios mío, gracias por oír mis suplicas y hacer que nuestro Magno haya encontrado una mujer de la que enamorarse y así dejarnos en paz a nosotros. – empieza a gritar Jaime, poniéndose de pie al lado de la mesa, imitando a cualquier cura.
- Luego Yuri, cuando me preguntes porque no confió en ellos, recuerda este tipo de momentos, estas estupideces... - dice Diego, riéndose y arrojándole una servilleta hecha bola.
- Si, si yo seré un estúpido, pero tú eres un cansino. Nos quieres, nos tienes aquí recluidos para que no nos maten pero... Eres muy pesado Diego, mucho. – continúa diciendo de pie y señalándole con una mano.
-Últimamente más que antes, pero oye, te lo perdonamos. – añade Mauro, dándole la razón a su hermano mellizo.
-Tenéis que comprender que las cosas han cambiado... - interrumpe Yuri, que no le quita los ojos de encima a Cayetana mientras ella recoge la mesa.
-Las cosas están casi como antes, lo único que ha cambiado ... -replica Jaime.
-Vale. Vale ya de tonterías. – regaña Diego dejándole con la palabra en la boca y a Maxime llena de curiosidad.
-¿No siempre ha sido así? – pregunta ella – ¿antes era menos serio?
-¿Antes? – se entromete Víctor – Antes Diego era el que la liaba, el que aparecía con una moto nueva, otro coche, le llamabas y estaba en otro país fuera de la unión europea...
Diego se ríe y niega con la cabeza. Yuri también se rie y asiente varias veces, dándole la razón.
Aquellos años en los que Yuri y Diego se habían recorrido buena parte del mundo recogiendo recuerdos de sus buenas y divertidas hazañas atraviesan de golpe la mente y la mirada cómplice de ambos. Dos personas que se hicieron grandes amigos sintiéndose solos en un país ajeno como era Cuba y que se hicieron hermanos con el paso de los años.
En ocasiones, la gente había llegado a decir que eran incluso pareja, pero solo había que conocerles en sus buenas aventuras para ver que no, que no se salvaba ninguna mujer alrededor de sus redes.
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SIN LIMITES
Mystery / ThrillerMaxime es una joven policia que acaba de ser promocionada al equipo de investigacion de su novio, con la mala suerte de que, el primer dia, la usan de cebo para conseguir informacion para un caso muy importante. ¿Mala suerte? Depende de por donde se...