All that I want is you... (KOOKV/KOOKTAE)

Capítulo 32: El padre "malvado" y el enamorado asustadízo.

Cuando el pelinegro se despertó al día siguiente, su primer pensamiento fue Kim Taehyung.

Su dulce Tete, su osito y él, eran una pareja de nuevo. Sonrió con alegría al recordar lo sucedido la noche anterior en su galería, porque no era un sueño, en realidad su chico le había dado el "sí" que tanto anhelaba desde que se dio cuenta que en verdad sus sentimientos eran de amor hacia él.

Salió de su cama y al ir hacia la sala de su departamento, notó que Bam seguía dormido y con la pancita hacia arriba, como casi siempre solía hacerlo. 

—¡Eres tan flojo! —exclamó, pero el doberman ni siquiera orejeó y siguió en su mundo de los sueños.

Desde donde se ubicaba su departamento podía verse gran parte de Seúl. La lujosa zona en la que se encontraba era cercana al río Han, de lo más exclusivo de la ciudad, pues era obvio que no llevaría a Taehyung a cualquier lado, no en balde se había esforzado todos esos años para superarse.

En todo ese poco más de un mes que llevaban frecuentandose como amigos nunca lo había llevado a su hogar, ya que no quería que su Taehyung pensara que lo hacía por otras oscuras intenciones, pero ahora que eran novios eso tenía que cambiar. Tannie también sería bienvenido, por lo que hizo una lista mental en la que anotó que debía comprar lo necesario para adaptarle un espacio al canino.

Jungkook estaba seguro de que su castañito amaría la vista de todas las luces de la ciudad que se podían ver por la noche, sobre todo porque su vivienda estaba en el último piso de ese ostentoso edificio, el cual era resguardado a todas horas por vigilancia y cámaras de seguridad.

Se encaminó hasta la cocina por una taza de café caliente y salió a la terraza para contemplar el sol que recién se alzaba por el horizonte. El clima era frío ya que pronto llegaría el invierno, por lo que los cambios en la temperatura comenzaban a ser notorios.

¿Siempre eran los días así de hermosos? ¿O la felicidad que lo embargaba era lo que hacía que percibiera el mundo más bello?

Todo era por un solo motivo: Taehyung era su novio y eso volvía al mundo extraordinario.

Milagrosamente había podido ganar su amor y confianza de nuevo. No sabía ni a qué Dios agradecerle, pero sin duda alguna esta vez haría las cosas como siempre debió, con la sinceridad, seriedad, entrega y responsabilidad con la que quería llevar su relación con su castañito al siguiente nivel. Apenas eran noviecitos, pero su mente iba a mil revoluciones por hora y ya se divisaba pidiendo su mano en matrimonio, todo un intenso.

Era por ello por lo que le había pedido a su Taehyung que les solicitara a sus padres el desayunar los cuatro juntos esa mañana para explicar mejor las cosas. Necesitaba hacerlo lo antes posible, y de esta manera, que ellos no tuvieran duda de que ya no era aquel inmaduro chico al que conocieron en el pasado. Su abuelo le había sugerido que se presentara ante ellos con valentía, humildad y sin dudas de que todo lo que hacía era por ver al doncelito feliz.

Su celular comenzó a sonar y lo sacó del amplio bolsillo de su sudadera con capucha.

—Hola mamá —saludó con simpleza, pero con una sonrisa enorme pues la mujer de su vida estaba al teléfono. Seguro que su abuelo ya había corrido con el chisme por todo Busán.

—¿Hola mamá? ¿Así es como saludas a a la persona que te trajo al mundo después de tenernos a todos acá en ascuas? —se oyó al otro lado del teléfono a una muy alterada Sana—. Llámame loca o lo que quieras, pero mi instinto de madre me dice que algo pasó contigo, así que cuéntale todo a mamá.

Jungkook comenzó a reír, le encantaba escuchar a su madre tan entusiasmada, sobre todo después de verla por meses postrada en una cama de hospital, y sin energías para sostenerse por ella misma luego de las quimios. Le llenaba el alma de dicha que poco a poco, ella estuviera recuperándose.