Epílogo.

25.4K 1.9K 1.1K
                                    

Taehyung estaba exhausto. Era una realidad que ser esposo, padre de familia y estar al cargo de las empresas de THV Corporation era todo un reto, sobre todo cuando el magnate lo dejó completamente al frente del negocio a nivel mundial dos años atrás. Una tarea titánica como esa requería tiempo, dedicación y esfuerzo, afortunadamente, Jungkook lo apoyaba en cada paso.

Kim le estaba demostrando al mundo entero que el hecho de ser un doncel no lo volvía menos productivo o competitivo, y que si bien su padre era un magnate de los negocios, él aprendió del mejor. Por supuesto que el matrimonio Kim estaban sumamente orgullosos de su primogénito y no lo dejaban a la deriva, pero Tae-Pyung había decidido retirarse para disfrutar plenamente de su esposa y salir de viaje cada que podían. Disfrutaba de todo lo construído y era un expectador en primera fila de lo preparado que estaba Taehyung para asumir su cargo.

Jungkook a esas alturas era el pintor con mayor reconocimiento en Corea del Sur gracias a su talento y al excelente marketing que su publirrelacionista le había dado a nivel mundial.

Sus galerías se transformaron en un punto turístico donde los viajeros querían asistir, ya sea solo a admirar o comprar alguna de las obras, manejaba diferentes costos pues a como él lo veía, el arte era para poder ser apreciado por todos sin importar el estatus social.

Fue por ello que JVante en conjunto con la fundación de THV Corporation, lanzaron campañas educativas con maestros que enseñaban diferentes tipos de arte a los niños de escasos recursos, que asistían a las escuelas públicas en las zona más precarias de la ciudad. Lo mejor de todo es que eran totalmente gratis, ellos les proporcionaban los materiales necesarios para su correcto aprendizaje y desarrollo.

Lo planearon muy bien, y cuando notaron que tenía resultados satisfactorios en los menores, el pelinegro se sintió muy feliz de poder aportar un beneficio a la sociedad. Al menos a él, el arte lo salvó y fue su medicina en sus días oscuros, por lo que esperaba que ese método también pudiera funcionarle a alguien más, expresarse a través del arte lo era todo para él.

Algunos días en los que Jungkook tenía menos ocupaciones en casa y laborales, asistía en persona a enseñar técnicas de dibujo y pintura a los niños. El pequeño Hyo-Ri era el más feliz cuando eso sucedía porque podía pasar el día entero con su papi Koo, además de que hacía nuevos amigos que no le dejaban de decir lo bonito que era.

Al final de la jornada, padre e hijo regresaban a su hogar junto a Taehyung con pintura hasta dentro de las orejas, pero con el corazón contento por poder ayudar.

El pelinegro quería enseñar a su hijo que no importaba la cantidad de dinero que tuvieran, la felicidad se podía encontrar en las cosas más simples, era por ello que su mini doncelito estaba creciendo bien y era amistoso con quien se le acercara.

Con el nacimiento de Hyo-Ri, muchas cosas en la vida de los esposos cambiaron, comenzando por el hecho de que la privacidad a la que estaban acostumbrados como una pareja joven y hormonal fue disminuyendo poco a poco, inclusive si bichito tenía su propia habitación. No podían quejarse, su doncelito bebé era un niño encantador al que le gustaba mucho compartir el tiempo con sus padres, sobre todo con Jungkook, quien le cantaba cualquier canción cada que se lo requería.

Se enfocaban en ser buenos padres, pero no por ello descuidaban a su vida en pareja, por ese motivo era que a veces bichito se iba de vacaciones con sus abuelitos Kim a la mansión, o los llevaban a Busán para que convivieran con la familia de Jungkook. Era entonces que los enamorados aprovechaban para sacar toda esa pasión y amor que sentían el uno por el otro.

Eran felices. Y tres años después del nacimiento de Hyo-Ri, su felicidad aumentó más, si es que eso era posible, con la llegada de los gemelos: Kim JeongSan y Kim Sun Hee.

All that I want is you... (KOOKV/KOOKTAE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora