Te Follaría Hasta El Amanecer || TordTom

Capítulo 34

Tord se había levantado temprano al igual que Tom, pues para ayudar a hacer el desayuno de los dos que se encontraban mal.

— ¿Qué tal dormiste anoche? –intentaba que llevaran comunicación los dos.

— Supongo que bien, ¿qué tal tu? –ambos hablaban mientras cocinaban, iban por los ingredientes y así.

— Me puse a ver hentai... pero no mucho, digo, no me desvele viéndolo. –Tom no miro confuso, porque trataba de hacer parecer algo bueno eso.

— Si eso dices, esta bien, –el preparaba el desayuno a Edd y Tord a Matt, Tom fue el que terminó primero–, ¿Deberíamos traerlos aquí o... llevárselos a su habitación?

— Yo prefiero que se los llevemos a su habitación, ya sabes, vamos a tener que me muebles y acomodar y todo eso... –Tom asintió, para así tomar el vaso de agua y el plato del desayuno.

— Entonces iré a dejar esto. –Tord asintió, viendo como Tom se iba. Tom entró a la habitación de Edd, este ya se encontraba despierto, viendo al techo, eso hasta que escucho a Tom entrar.

— Buenos días. –hablo Tom con tono amable, para poner el plato y vaso en el escritorio de Edd.

— Buenos días...¿no iremos a desayunar en la mesa? –se sentó en la cama, viendo al chico que negó, dando un suspiro desanimado, pues al igual que Matt, no le gusta estar solo desayunando o algo parecido, algo que tenga que ver con convivencia.

Con ayuda de Tom se levantó para sentarse en la silla, no era tan necesario pues si podía caminar, lo que no era hablar en voz alta o algo que implique fuerza en los pulmones.

— Tom, no es necesario, puedo caminar. –ya se encontraba sentado, viendo su desayuno, para luego mirar al nombrado.

— Tal vez, pero es mejor prevenir que te pongas mal. –solo suspiro pesadamente.

Tom dejo a Edd desayunar y justamente salió Tord de la habitación de Matt.

— Bien ¿nos vamos? –asintió el contrario, para así irse a donde la sala, agarrar llaves, y esperar a que el otro llegara, no tardó en ocurrir, pues al parecer solo había ido por su sudadera.

Salieron ambos, Tord iba a conducir otra vez, y Tom estaba en el copiloto viendo la ventana. Se sentía incómodo, tragando saliva en seco lo miraba de vez en cuando, ese rostro neutro de alguna manera se le hizo atractivo.

— Tom... –hablo inesperadamente el chico, poniendo nervioso a este.

— ¡Yo para nada te estaba viendo! –aparto la mirada, nervioso de que le dijera algo de que lo estaba mirando.

— ¿Qué?, –miro de reojo a Tom, lo notaba nervioso–, Solo iba a preguntarte si... ¿nos dividimos los gastos?

— Claro que debemos de hacerlo, no solo lo hiciste tú o o yo. –volvió a verlo, y ahora no hubo respuesta de Tord.

Así estuvo el camino, con un silencio tranquilo, solo la música del radio que Tom y Tord aveces cambiaban, ya cuando estaban en el lugar salieron. Fueron a buscar lo necesario.

— ¡mira Tord! ¿Estaría bien ese?–viendo una mesita larga, la cual era parecida a la que tenían, pero era cuadrado.

— ¿No hay alguno redondo? –miro al rededor, y miro a Tom quien negó al ver que ya lo veía–, Bien entonces ese.

Fue en búsqueda de alguien que le apartará los muebles para luego pagarlos y llevarlos. Así fueron con todo, aunque Tom era quien se distraía en los muebles.