Capítulo 39

3.8K 258 271
                                    

Estaba caminando a la casa, tenía un dolor terrible en el trasero, solía demasiado, incluso intenté sentarme en una banca, pero incluso hacer eso me dolía, cada vez estaba más cerca de la casa, en una de esas me iba a caer.

Oh mierda...eso estuvo cerca. –mire de reojo hacia atrás esperando que nadie hubiera visto esa vergonzosa escena.

Continúe caminando hasta que estuve cerca de la casa de Eduardo, cuando miro la casa de este observo que estaba por abrir la puerta, me puse a correr aunque me dolía y así entre rápidamente a la casa, viendo a las caras que conocía un poco de las familia de Edd.

Buenas...¿tardes?, disculpen la entrada. –dije con tono apenado, Edd me miró raro.

¿no estabas en tu cuarto? –reí nervioso y me encogí de hombros.

Solo tome un paseo. –Edd me miró sospechoso.

Okey, solo ve a tu cuarto, Tom. –asentí y al dar el paso me tambalee un poco–, ¿Estas bien?

Genial, Edd, solo que...pise mal. –me fui a mi cuarto con paso rápido, llegando a mi cuarto y aceptarme en mi cama.

Queje un poco, si así estoy hoy, no me quiero imaginar mañana, debería de hacer ejercicio para que tenga algo con que decirle a Edd "me duele el cuerpo por hacer ejercicio" a "me duele el cuerpo porque Tord me follo ayer". Cubrí mi cara con la almohada dando gruñidos y murmurros entre este.

Joder, maldita sea, no debí...–parecía que me estaba quejando, y si, así era– disfrutarlo tanto...maldito seas, comunista.

Me levante de mi cama para quitarme la sudadera y camiseta, viendo así mi abdomen con mordidas, no profundas, pero si que se notaban.

Idiota, ya ni yo... tu si que lo mereces, envidioso, "Tu cuerpo es tan acendrado" –fingí voz del noruego y exagerando su acento– si bueno, ya no lo es.

No sabía porque me quejaba tanto, o si, porque era bastante injusto, a menos eso pienso yo, tal vez exagero. Me dirigí a donde estaba Susan, lo saque de su estuche y la apoyé en mi cama, me dirigí ahora a la ventana, abriendo la pero no arrime las cortinas.

Así para volver con Susan y tocarla, estaba desafinada, pues claro, aflojó las cuerdas para que no se lleguen a romper. La afine y así empecé a tocar, lo que sea que se me ocurriera.

[...]

Estaba cansado, pues me puse a jugar un poco videojuegos y hacer otro tipo de cosas, tomando en cuenta que Edd aún no puede hacer algo que cuente con forzar el cuerpo. Se me hizo raro que hiciera tanto aun teniendo el dolor de caderas, espalda y cojear, cuidando que no me vieran, de todo eso, tampoco llegaba Tord, eso me empezó afligir.

¿Tom? –mire a quien era propietario de la voz– ¿por qué cojea? –trage saliva, según yo, nadie me había visto, pero claro, se trata de Edd.

Me... lastime a la hora de ir a pasear sin avisar... –aparte mi mirada, sentía que me miraba tan fijamente como si supiera que eso es mentira.

Si eso dices... ¿sabes dónde fue Tord? No estaba en su cuarto desde la mañana.

No tengo ni puta idea...–y como si fuera una invocación, Tord apareció, Edd fue a verlo y yo solo me senté en una de las sillas, exhausto, aparte de haber cogido con Tord, tuve que hacer aseo y no porque me lo dijeran, solo quería mantener mi mente ocupada.

¿Dónde estabas? Me tenías con el Jesús en la boca. –escuche el sermón de Edd, solo negué ligeramente con la cabeza, de verdad que era un buen amigo y apuesto que si tuviera un hijo o hija, sería gran padre pero con ideas maternas.

Te Follaría Hasta El Amanecer || TordTom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora