41. Descubrimiento

118 11 7
                                    

Los gemelos se miraban de reojo, estudiando y analizando en caso de que alguno hiciera algo extraño, ambos se conocían, y no iban a bajar la guardia. 

-Me están hartando-dijo Ana parándose frente a ellos. 

Ambos rubios respingaron y miraron a la chica, que mostraba un bulto de apenas 5 meses. 

-Tengo que apoyar a Kiev, se supone que están del mismo bando-esta vez hablo Eva, la pelirroja estaba dibujando algunos símbolos sobre el piso con algo de su sangre.

-No sé por qué hacemos esto, hace unos días, no confiábamos en Gabriel para nada, y ahora lo estamos ayudando a recuperar sus recuerdos de su vida pasada....no lo sé ustedes, pero no es normal. 

-Gracias por tu apoyo, hermano. 

Malcom subió y bajo los hombre rápidamente. 

-Por cierto ¿En donde esta Margot?

La nombrada estaba entrando a la sala, con un libro en mano, había escuchado todo. 

-Aquí estoy-respondió-, y estoy de acuerdo contigo...no comprendo por qué lo estamos ayudando, él no es de fiar. Yo no confío en él. 

-Me alegra que alguien sea razonable en esto-dijo Malcom alejándose de su hermano para ir al lado de la rubia-¿Qué es ese libro?

-Es sobre hechizos-mostró la pagina que leía-, justamente el hechizo que va hacer Eva, y es-se quedo callada para pensar sus palabras-, es difícil, muy difícil realizar ¿Segura que vas a poder?

-Niña, estas hablando con la Reina de los Querubines, esto es pan comido-la Reina se levantó con una gran sonrisa, al fin había terminado. Miro si mano y una bruma broto de ella, curando la cortada que se había hecho para poder dibujar los trazos-...esto ya esta listo, solo falta que me digan que ya están listos. 

-¿Están listos?-pregunto Margot-¿Quién va acompañar al sujeto aquel?

Eva parpadeo un par de veces. 

-Tu ¿Tal vez?...o ¿No?-miró a Gabriel.

El chico bajo la mirada, no sería correcto, pero.

-¿Qué es lo que buscas en realidad?-preguntó Margot con un tono molesto.

Gabriel soltó un suspiro. 

-Sólo quiero saber la verdad, sin prejuicios. Merezco saber al menos lo que fue mi otra vida. 

-¿Y si yo no quiero ir?

-No te obligaría. 

-Margot, deberías hacerlo-dijo Ana-, al menos ve la otra perspectiva. 

La rubia no comprendía, de todas maneras para qué quería saber la otra perspectiva, ya daba igual esa perspectiva, ella no iba a tener una revelación y decirle que Gabriel era el amor de vida, porque eso sería una vil mentira. Ya había alguien mas en su corazón. 

-Tus sentimientos por Frankentein son firmes, lo sé-continuo hablando Ana-, pero sabes que necesitas confiar. 

-Señora, no creo que sea una buena idea. 

-A decir verdad-intervino Eva en la conversación-...deberías ir, no por la razón de Gabriel...sino que, hay algo raro en todo esto. 

-¿Desconfías de Dios?

-El tipo me hizo pasar varios milenios en el infierno por enamorarme...no lo respeto, le temo. 

-Eso no me da ningún buen presentimiento. 

-No tienes muchas opciones. 

-Puedo elegir no ir. 

-Margot-llamó Ana nuevamente-, no pierdes nada.

Concédeme esta pieza, una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora