2. Recelo

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El receso había comenzado, y había sido convocada a la oficina del director. Uno de los profesores la guio hasta él. Ana se paro justo enfrente del escritorio, mirando al rubio.

-Frankenstein.

-Mi señora-el hombre bajo la cabeza.

-Levanta la cara, él es tu amo...yo no.

-Lamento informarle que eso es mentira.

La chica no contesto, pensaba que ya habían tenido esa discusión. Estaba por contestar, pero fue interrumpida por un grupo de chicos.

-¡Director!-se escuchaba el grito de cierto pelirrojo.

Se quedaron quietos cuando vieron a la nueva.

-Aquí estas Ana ¿Quieres comer con nosotros?-pregunto Sui con amabilidad.

La chica miro al grupo, terminando en el Noblesse.

-Gracias, pero tengo un asunto que tratar-contesto seria pero sin ser maleducada.

Rai dio algunos pasos al frente, liderando al grupo.

-An.

La chica frunció el ceño, no tenía derecho de pronunciar ese apodo.

-Cadis Etrama Di Raizel.

Los acompañantes del pelinegro miraban la escena interesados.

-¿Se conocen?-pregunto Yuna.

-Me gustaría decir que no-dijo Ana y comenzó a caminar, al estar al lado del chico-. Le diré a Margot que hable con usted, director.

Termino de salir de la oficina.

-¿Rai, la conoces?

El chico miro de reojo al pequeño de corte de honguito.

-Sí.

***

Entro a su hogar de forma calmada y sin prisas, no era tan tarde, una vez que terminaron las clases se retiro de forma rápida y discreta. Sin ningún contratiempo.

-Mi señora-llego la rubio e hizo una reverencia.

-Cometiste un error.

La mujer se tenso y miro a su Señora. La chica paso de largo.

-Pero supongo que sabías que se encontraría ahí ¿verdad?

La mujer tenia una cara triste.

-Era hora de arreglar sus asuntos.

-Los arregle hace mucho Margot.

-Huir no es una forma de arreglar algo, mi señora.

-Tks, el asunto aquí es...si el Lord lo sabe, debo también ir y presentarme antes los nuevos lideres.

La chica estaba furiosa, estar frente a él ¡Maldición!

-¿Esta bien mi señora?

-Estoy de todo, menos bien...

***

Los chicos estaban tensos, ver a esa mujer había sido abrumador en muchas aspectos.

-¿Les comió la lengua el ratón?

Los tres respingaron.

-¿Ella es tan fuerte como él?

Frankenstein entrecerró los ojos, debía ser todo un misterio la presencia de Ana.

-Sí...y por esa razón, será mejor que se mantengan lo más alejados de la Señora Ana.

Concédeme esta pieza, una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora