20. Corte Divina

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Era extraño, estar al frente de los sietes tronos de los Reyes de Dios, Ana Intentaba todo lo posible mantenerse firme, sin perder su elegancia, porque a pesar de no ser una Reina, era una figura importante en Lukedonia. 

-Este lugar-comenzó a explicar la pelirroja-, es la Corte divina...aquí se tomara tu caso. 

-¿Caso?-pregunto confundida. 

-Sí, en un momento se explicará todo, tu tranquila.

Eva le sonrió antes de irse a su lugar, el sexto lugar de derecha a izquierda. 

-Como protocolo-Malcom hablo-, se presentara cada uno de nosotros, dando nombre y cargo. Al final, tu te presentaras-le indico a Ana. 

Ella asintió, y entonces el primero Rey se levanto. 

-Gabriel, Rey de los Arcángeles, gobernador del primer coro.

En cuanto termino, volvió a tomar asiento y de inmediato, un hombre un poco más bajo que Gabriel, su cabellera negra tenía un tono azulado y su mirada verde contrastaba con su piel blanca se levanto. 

-Remiel, Rey de las Potestades, gobernador del segundo coro. 

Siendo el mismo proceso de el tomar asiento y el siguiente levantarse, pero ahora era una mujer, su cabello rubio rizado parecían hebras de oro, y su mirada azulada era gentil.

-Raguel, Reina de las Virtudes, gobernadora del tercer coro. 

El siguiente era un hombre de tes totalmente oscura, sabía que sus ojos estaban ahí por la parte blanca del ojo, su cabello era demasiado corto, pero de todos, era el que tenía más masa muscular. 

-Uriel, Rey de las Dominaciones, gobernador del cuarto coro-su voz era demasiado gruesa.

Ahora era otra mujer de cabellera corta y totalmente lacia de color chocolate, al igual que sus ojos. 

-Azel, Reina de los Tronos, gobernadora del quinto coro. 

Eva se levanto y con una gran sonrisa se volvió a presentar.

-Eva, Reina de los Querubines, gobernadora del sexto coro. 

Entonces el ultimo Rey se levanto, era el más alto de todos y su presencia seguía siendo igual de intimidante, y aun más por la expresión seria en su cara.  

-Malcom, Rey de los Serafines, gobernador del séptimo coro...ahora, por favor. 

La pelinegra asintió, y en voz alta dijo.

-Ana Di Kiev Di Raizel, Noblesse de Lukedonia. 

Su titulo no era tan pomposo como el de ellos, pero aun así, era algo. 

-Bien, comencemos con esto-Ana no sabía como reaccionar a la formalidad del hombre, parecía alguien totalmente diferente, la seriedad con la que hablaba y actuaba era anormal o ¿Ese era el verdadero Malcom?-, Señora Raizel, en el proceso de juicio se expondrán puntos claves para su integración a uno de coros, o bien, para tu retorno a la Tierra...¿Alguna duda?

-¿Quien quiere que alguien como yo, este en las filas de los seres de Dios?-pregunto con cautela. 

-Tú-comenzó hablar Gabriel-, como bien sabes, provienes de las familias angelicales que descendieron a la Tierra, en un intento de vivir al par de los humanos...no fueron considerados traidores, ya que obtuvieron el permiso de nuestro Dios, pero si fueron marcados por cierta característica, sus alas jamás podrán ser blancas otra vez-señalo las alas de Ana-...pero más importante, estas aquí exactamente por que tu antepasado, era nada más y nada menos que Rafael, el antiguo Rey de los Tronos.

Concédeme esta pieza, una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora