Concédeme esta pieza, una vez más

7. Regreso

La chica miraba la casa desde afuera, no podía creerlo, eso lo consideraba una traición de parte de Margot. ¿Cómo se le ocurría?...¡Maldición!

-Me las pagaras-susurro con verdadero rencor. 

Recién acaba de llegar de Lukedonia, se había tenido que quedar unos días más para hablar con Erga sobre lo que procedería una vez que la Unión dejara de ser una amenaza, y ella, bueno, estuviera separada de Raizel. A pesar de todas las negaciones posibles, no logro mucho, solo que tendría que regresar a Lukedonia y ser prácticamente la mano derecha de la Lord. 

No podía dar un paso al frente, seguía mirando la fachada, incluso un tic había aparecido en su ojo izquierdo. 

-¿Señora?-escucho a sus espaldas a uno de los humanos modificados. 

Ana lo miro de reojo, el chico tecnológico se quedo quieto, se sentía amenazado. 

-Hola. 

El chico se sobresalto, nunca le había dirigido la palabra, y tampoco le ponía mucha atención. Pero a esa distancia, y con la luz de la noche, solo podía ver una profunda tristeza en cada facción de la chica. 

-Hola-contesto, relajo su cuerpo-¿Viene por Margot?

La chica suspiro, debía acabar con eso de una buena vez. 

-Algo así, vamos adentro...hace frio. 

El chico asintió, era ella quien iba al frente. Tao se sintió extraño, esa sensación de amenaza, paso a una de calidez y confort. Se quedo parada enfrente de la puerta, había un problema muy grave. Tao se quedo muy quieto, dio un paso atrás cuando la chica giro cuerpo para quedar frente a él.

-No tengo llave-declaro, el chico se sintió estúpido. 

-Oh, eso...jaja ahora mismo abro la puerta. 

Abrió la puerta y le cedió el paso a la chica, An inclino la cabeza en agradecimiento y entro. A los primeros pasos, podía escuchar a Margot reír fuerte junto con la risa de Frankenstein. Al parecer ya se llevaban muy bien. 

Estaban en la sala en una muestra de diferentes ramen, ambos rubios llevaban un delantal de color verde con una decoración infantil. M-21, Takeo, Regis y Seira miraban a los rubios con cierto recelo, en esos días se habían dado cuenta que Margot daba el mismo miedo que el dueño de la casa, y juntos, y que se llevaban tan bien, no suponían nada bueno. 

Raizel se levanto llamando la atención de los demás, pero al ver la puerta y ver a la Señora ahí parada viendo el espectáculo con una cara neutra, y peor aun, que Tao estuviera atrás de ella. 

-Mi señora-hablo Margot con emoción-, que bueno que ya regreso. 

Ana se adentro por completo, sin apartar la vista de la mujer.

-Tu y yo tendremos una conversación más tarde. 

La mujer sonrío y asintió, pero no se veía nada preocupada. 

-Regresaste-hablo el Noblesse. 

-Dije que lo haría, no soy una persona que falte a sus promesas...ahora, regresando al hecho de que fue asesinado un miembro de la Unión. La respuesta por parte de Lukedonia es clara-camino hasta quedar frente a los albinos-. Seira, Regis...ustedes serán los representantes de Lukedonia, al ser ustedes los que están en el informe.

-Bien-contesto la chica. 

-De la misma manera, como debo retomar ciertos cargos como líder del clan Di Kiev...bueno, su seguridad es mi prioridad, la de ustedes, y por supuesto la de Cadis Etrama Di Raizel. Y por adición, toda alma que viva bajo este techo, mi deber es mantener su grado de vida intacto...y lo haré.