Concédeme esta pieza, una vez más

30. Visita

La noticia dejo impactados a todos los habitantes de la casa, los que estaban de pie terminaron hincados o sentados sobre el suelo, mientras los que estaban sentados, se dejaron caer sobre el respaldo del sofá. 

-¿Y cómo se encuentra?-pregunto Tao agobiado. 

Los demás se pusieron alerta, el hecho de que estuviera dormida no les daba buenos indicios. El rubio sonrió amablemente, sus amos habían integrado a todos esos muchachos como parte de la familia.

-No les mentiré, esta débil la Señora Ana...pero no se encuentra en peligro.

Todos relajaron sus hombros, esa era una maravillosa noticia. 

-Entonces-comenzó hablar Regis-¿Qué sucederá con ella?

-Yo llevaré su expediente-hablo Margot saliendo del pasillo-, seré su medico de cabecera. 

-¿No debería ir a Lukedonia?-pregunto Rael. 

-Sería lo mejor-contesto Margot-, pero creo que saben que ella se negara.

Sabían que así sería, Ana no era de aquellas que permitían que les dijeran qué hacer.

-¿Y qué sucederá con los ángeles?

-No tenemos idea, Seria-respondió Frank-, son tan impredecibles, que no sabemos como vayan a reaccionar. 

-De una u otra forma-comenzó hablar M-21-, debemos protegerla, a ella y al Amo. 

-Sí-respondió Takio-, más ahora que nunca. 

Sus compañeros asintieron, ahora tenían una nueva misión, y era proteger a la familia Raizel. 

-¿Qué sucederá con la escuela?-pregunto Regis. 

Frankenstein rio un poco. 

-Ya esta dada de baja, se supone que se fue con Margot a Francia...al menos esa es la idea que le daremos a los chicos. 

-¿Ellos no se enteraran del embarazo?

-No lo creo conveniente-respondió la rubia-, en esta época, que un chico de preparatoria sea padre, es mal visto...a pesar de que no son adolescentes, los humanos los ven de esa manera. 

Asintieron con comprensión, aunque sería complicado cuando los chicos llegaban cada vez que se les pegaba la gana. 

-Tal vez sea necesario que regresen a su casa-sugirió Frankenstein. 

-Ya, es verdad...aunque no creo que el Amo este muy de acuerdo con eso...pero lo intentaré convencer ¿Esta bien?

El hombre asintió. 

***

Ana miraba el techo de la habitación, ya llevaba así tal vez ya más de veinte minutos. Llevo ambas manos a su vientre, estaba asustada, demasiado. 

-Todo saldrá bien-Rai llevo su mano derecha sobre las manos de la chica-, yo estaré a tu lado. 

Ana suspiro entrecortadamente, tenía bastantes sentimientos encontrados, los cuales se estaba guardando, sentía la necesidad de ser fuerte, por él. 

-Gracias Cadi.

El chico asintió con una leve sonrisa en su rostro, no pensó que la necesidad de proteger a Ana fuera sobrepasada por otra persona, pero este no era cualquiera, no, era su hijo, o tal vez, una hija...solo imaginarse a una pequeña corriendo hacia él mientras le gritaba papá lo llenaba de ilusión.

-Descansa, perdiste mucha energía por mi culpa-dijo avergonzado-, perdón.

Ana soltó un suspiro.