Concédeme esta pieza, una vez más

8. Lazo

Ana iba junto a Rai de regreso a la casa, mirando la espalda de los humanos que hablaban muy animados, más el pelirrojo, Rai no lo paso por alto. 

-¿Qué dices An?-pregunto el chico volteando a mirarla.

-¿De qué hablas?

Los demás se echaron a reír, al parecer Ana nunca les estaba poniendo atención.

-Que mala eres-dijo el chico desanimado.

La chica no comprendía, pero tal vez era porque no sabía de lo que estaban hablando. Se detuvo, mirando la dirección en donde al parece sucedía algo animado. Los tres nobles a su lado, también lo sintieron, así que de inmediato se fueron, dejando a los humanos continuar. 

Llegaron a un callejón, unos sujetos rodeaban a un tipo fornido, que al mirar a Rai parecía asustado. Ana no dijo nada, era obvio que lo conocía, y no necesitaba leer su mente para saberlo. Los tres sujetos atacaron a Regis, pero el niño los dejo fuera de batalla. 

En seguida llego el matrimonio, y se llevo al grandulón. 

-¿Sucede algo?-pregunto Rai por la seriedad de la chica.

Ana miro al hombre en el suelo.

-Los humanos son molestos.

***

Se había evitado la molestia de acompañarlos a donde sea que se llevaban al hombre, Ana había regresado a la casa, estaba con los dos rubios tomando té.

-Entonces encontraron a alguien-dijo el dueño de la casa.

-Sí, al parecer los conoce...pero es sospechoso. 

-¿A qué se refiere, mi señora?-pregunto Margot.

-Tres sujetos por alguien así, esta muy débil, pero...esos tipos no eran nada ¿Y por qué aquí?

-Piensa que todo fue intencionado.

-Es una hipótesis, pero espero que sea errónea. Si te piden que venga a esta casa, acepta...es mejor tener al enemigo cerca. 

Frank se levanto.

-Entonces será mejor que vaya.

***

Ana miraba la cajita con ambos anillos, ambos tenía un color negro y estaban adornados con diamantes y zafiros, en si, eran bastantes sencillos, pero no le quitaba en nada la belleza, ni el poder que representaban, suspiro.

-¿Qué sucedió Cadis?

Se tumbo en la cama, tenía que curar al chico lo antes posible, tenía un mal presentimiento. Y necesitaba una explicación. Se coloco en en posición de feto, pensando en lo cómo. Escucho uno golpes en la puerta, y de inmediato la voz de Margot.

-Ya esta la cena mi señora.

-Sí, de inmediato voy.

Se levanto, su intención era dejar la caja de regreso al baúl de sus pertenencias, pero ¿Para que aplazarlo, incluso era mejor de una vez. Sostuvo la caja con más fuerza y salió de la habitación, ahí seguía la rubia.

-Parece que hará algo interesante.

-Nada fuera de este mundo.

Ambas fueron al comedor, como siempre Rai y Ana estaban en los extremos de la mesa. Seira estaba por empezar a colocar los platos, pero Margot la detuvo, cosa que llamo la atención de los demás. Ana puso la caja sobre la mesa, Rai la miro.

-¿Lo trajiste de Lukedonia?

-Así es.

-Pensé que te querías separar de mi, no unirnos más.