Capítulo 17. Viejos amigos.

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Al llegar al pool, mis amigos ya se encuentran allí esperándonos, ordenamos snacks y comenzamos a jugar, no me siento tan mal de tener la cabeza casi en blanco sobre cómo se juega esto porque la mayoría de las chicas tampoco saben jugar y son los chicos quienes nos enseñan un poco.

Jugamos tres partidas entre risas y viejas conversaciones. Encuentro agradable el hecho de que sigamos reuniéndonos después de la preparatoria porque hay que decir que a veces perdemos amistades una vez que nos graduamos, es como que esos grandes amigos con los que convivías a diario desaparecen de la noche a la mañana y ya difícilmente vuelves a contactarte con ellos.

Las horas se pasan tan rápido que no nos damos cuenta de que es casi media noche para cuando Oliver y yo volvemos a casa.

—Seguro Chris va a enojarse.

Dice con una mueca y chasqueo la lengua.

—Se le pasará. Sabes que es demasiado responsable con sus estudios.

Le digo cosa que es totalmente cierto, Oliver da un leve asentimiento y los dos nos quedamos callados, el silencio no es incómodo.

─Hoy me la he pasado realmente bien.

─También yo.

─Gracias.

Digo con sinceridad y él rápidamente niega, lo que me hace fruncir el ceño.

─No deberías agradecerme por intentar que vivas un poco.

Sus palabras consiguen sacar una diminuta sonrisa en mi boca.

─Créeme que hago lo mejor que puedo, es solo que a veces no es fácil.

─Nada es fácil en esta vida, Em.

─Lo sé. ─Bajo la mirada a mis manos y después de unos segundos, vuelvo alzar la mirada para verlo─. Aún así tendré en cuenta tus palabras.

Ambos compartimos una sonrisa y me despido de él antes de bajar de su auto y entrar a casa, por suerte Chris no está esperándome en la entrada de la puerta y subo de inmediato a mi habitación antes de que Milo corra en mi búsqueda porque me apetece estar un rato a sola mientras repaso en mi cabeza los momentos agradables de hoy.

***

─¿Estás segura de que no quieres que la lleve? ─Le pregunta Chris a mamá antes de que se vaya al trabajo. Aun me queda una hora para ir a la universidad y si Chris decide llevarme, ahora mismo estaríamos saliendo de casa y no estoy lista para irme.

─No hace falta, esperaré a mamá. Gracias.

Me apresuro a decirle y Chris me observa fijamente por unos instantes.

─¿Segura?

─Sí ─asiento de inmediato y como mamá está hablando con Milo intentándolo convencer de que se coma todo su desayuno, no nos presta mucha atención hasta un minuto después.

─Yo llevaré a Emilie, pero tu encárgate de llevar a Milo a la escuela.

Le da la instrucción a Chris quien accede sin protestar. Sé que hace todo esto de llevarnos para ayudar a mamá un poco con su trabajo, pero definitivamente no quiero que él me lleve, al menos no está primer semana de clases.

Después de que mamá nos da instrucciones y terminamos de desayunar, llego a la universidad, aun faltan veinte minutos para que entrar a clases lo cual es una ventaja.

─¡Emilie! ─Grita Rebecca, a lo lejos del campus haciéndome una seña para que llegue a ella. Aunque mis amigas y yo estudiamos en la misma universidad, no es sencillo vernos ahora que tenemos carreras y horarios distintos─. ¡Por Dios! ¡Estoy nerviosa!

Todo lo que quiero eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora