El domingo por la mañana, me encuentro con Nick en el bingo, hacía tiempo que no lo veía en uno de los juegos que es imposible que no nos pasemos el tiempo conversando y poniéndonos al tanto de las cosas.
Cómo todas las migas de Lisa, Nick —Gracias a su abuela— también está al tanto de lo que le pasó el miércoles a Lisa.
Después de ayudar a todas con la comida, Nick y yo aprovechamos el tiempo libre para sentarnos, hoy han decidido jugar bingo en una de las casas de Carmen, la burla de Nick, quien tiene un hermoso jardín con piscina.
—De verdad me gusta esta vista, es... preciosa.
—Si que lo es. —Me dice Nick, los dos nos encontramos junto a la puerta contemplando la alberca—. ¿Quieres meterte?
—¿Qué? No, estoy bien. —Niego, aunque es mentira, el clima es bastante agradable como para meterse al agua—. No traigo ropa para ello.
—Solo metamos los pies.
Decide insistir y es imposible no decirle que sí. El resto de las mujeres están muy entretenidas jugando adentro. Nick y yo nos quitamos los zapatos, los colocamos en el césped, lo sigo hasta una esquina de la alberca, él se sienta primero y me siento a su lado, me crece una sonrisa cuando siento el agua que está tibia.
—No tenía idea de que Carmen tuviera casa con alberca.
—Fue un regalo de sus hijos —Me explica—. A la abuela le encanta nadar así que todos sus hijos decidieron regalarle una casa nueva que tuviera piscina.
—Sin duda es afortunada. —Le ofrezco una sonrisa—. ¿Vienes aquí seguido?
—No, solo en ocasiones cómo está o cuando me apetece nadar —explica y asiento levemente.
—Dios, el agua si que está agradable.
—Lo está —sonríe y se queda mirándome unos largos segundos—. Deberíamos de intentar nadar.
Insiste y pongo una mueca en la boca, antes de que pueda negarme, Nick insiste.
—Puedo prestarte ropa, hay ropa de alguna de mis hermanas por aquí o incluso una playera mía si está bien.
—No lo sé.
No quiero meterme con la ropa puesta por lo que solo me quedo contemplando el agua, Nick se levanta de su lugar y veo que de pronto se saca la camisa y comienza a desabrocharse los pantalones para sólo quedarse en bóxer y seguido de eso lanzarse al agua.
El agua me salpica y arrugo la nariz, pero lo observo nadar, cuando saca la cabeza ya en el centro de la alberca me sonríe.
—Deberías meterte, esta agradable.
—No tengo traje de baño.
—Tampoco yo.
Se encoge de hombros para restarle importancia. No soy la clase de persona que se siente muy cómoda andando con ropa interior frente a los demás, sin embargo, de alguna forma me siento en confianza con Nick que me levanto de mi lugar y comienzo a quitarme la ropa para quedar en ropa interior, llevo un brasier de color azul pastel y calzones negros.
Me tiro a la alberca y nado hacía él, quien me espera con una sonrisa. De verdad el agua está exquisita.
—Está agradable.
Le comento para no dejar que un silencio incómodo se forme entre nosotros.
—Lo está. Creí que tendría que rogarte más para que te metieras a la alberca.
—Tuviste suerte.
Digo y suelto una risita mientras comienzo a nadar por los alrededores, Nick solo me observa.
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Todo lo que quiero eres tú
Teen FictionTras cumplir la lista y dejar a Emilie con un corazón destrozado, Oliver ha vuelto a cruzarse en la vida de Emilie después de tres meses en los que creyó superar a su primer amor, sin embargo, el primer amor nunca se olvida y menos cuando viene de n...