Todo lo que quiero eres tú

Capítulo 22. ¿Qué fue eso?

─¡Ja! ¡Ja! ¡Y...! ¡Ja! ─Continua Milo dando golpes esperando a que Oliver los responda, pero él nunca lo hace.

─¡Milo! ─Grita mamá hacia el pequeño.

─¡Oliver! ─Grita Lisa hacia su nieto.

Y pronto ambas se aproximan a donde estamos, mamá para quitar a Milo y Lisa para asegurarse de que Oliver esté bien.

Yo me quedo en mi lugar, quieta como una estatua hasta que me sobresalte cuando siento que alguien coloca una mano sobre mi hombro, me doy cuenta que es Chris.

─¿Qué diablos fue eso? ─Susurra en mi oído.

Ni siquiera yo tengo idea.

¿Qué ha sido eso?

¿Instinto?

─¿Oliver estás bien? ─Insiste Lisa.

Mamá y ella lo llevan adentro de casa y Stacy los sigue adentro, Chris se queda a mi lado y aunque quiere una respuesta de mi parte no puedo dársela porque no tengo la menor idea de por qué he reaccionado así.

─¡Emilie! ¡¿Qué ha sido eso?! ─Pregunta Jade llegando a mí sin entender mi reacción. Chris se aleja de mí y me deja con mis amigas quienes rápido me hacen un montón de preguntas con intención de saber qué fue lo que acabo de hacer.

Mis amigas y yo vamos de vuelta al interior de la casa y subimos lo más rápido posible las escaleras para llegar a mi habitación.

─Ahora sí, nos debes una explicación.

Menciona Rebecca con seriedad. La observo a ella y a Jade, ambas tienen el rostro lleno de preocupación, me cubro el rostro con mis manos y me tumbo sobre la cama de manera dramática.

Muero de vergüenza.

He actuado por impulso y claramente no ha sido bueno, de seguro he dejado sorprendidos a todos los invitados de Chris y a Oliver probablemente con una nariz sangrando.

Nunca antes había golpeado a alguien, si lo hice bien o mal no tengo idea de ello. Solo tengo un gran dolor en mi mano.

Me quito las manos de los ojos para inspeccionar la mano con la que he golpeado a Oliver y me doy cuenta que tengo los nudillos rojos.

Vaya, si que le di fuerte. Pienso.

Jade y Rebecca se tumban en la cama a mi lado y siento las miradas de ambas fijas en mí.

─¿Y bien? ─insiste Jade. Un bufido se me escapa.

─He golpeado a Oliver ─no sopeso el peso de los hechos hasta que lo digo en voz alta─. Quizás le he roto la nariz, ¿no?

─Lo dudo, pero si lo debiste dejar sangrando. Fue un golpe duro. ─Me asegura Jade.

─¿Por qué lo golpeaste, Em? ¿Acaso te hizo algo? ─Pregunta Rebecca preocupada después de que las tres dejamos que un pequeño silencio se formara en la habitación.

─No me ha hecho nada malo...

¿O sí?

─Entonces, ¿qué fue eso?

─No lo sé ─dejo escapar otro bufido ante su pregunta─. Ha sido sin querer, verlo con Stacy... no sé.

La habitación se llena de silencio otra vez.

─Creo que sé qué es lo que ha pasado.

─¿Ah sí? ─Pregunto al girar mi rostro hacia Jade, quien me observa con una sonrisa socarrona.

─Sí.

─¿Qué es?

Cuestiono con intriga y la risita de Rebecca me hace voltear a verla, Jade tampoco contiene su risa pero me da una respuesta.