Capítulo 19. Le deben gustar los niños, sobre todo Milo.

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No vuelvo a tener contacto con Oliver y debido a que estamos en universidades distintas, es difícil poder verlo. Pienso en el repentino beso que me dio aquella noche, sé que lo hizo por un impulso, quizás un arrebato de irá por lo que estaba sucediendo en el momento, como sea, creo que ninguno de los dos estamos conformes con el beso.

─¡Jackson! ¡Por aquí! ─Grito al tiempo que agito mi mano al aire para llamar su atención, Jackson sonríe al verme y se encamina hacia donde Rebecca y yo estamos.

─Hola, chicas.

─¡Jackson! ¿Cómo has estado? Es bueno verte de nuevo.

Le dice Rebecca contenta.

─He estado bien, también es bueno verte. Díganme, ¿ya empezaron? ─Pregunta tomando asiento a mi lado, le ponemos un poco al tanto sobre lo que sabemos de las audiciones de voleibol en las que esta participando Jade, quien nos saluda desde abajo pues nosotros nos hemos sentado en las gradas del gimnasio para verla.

─Parece que jugaran un partido y el entrenador las irá descalificando.

Nos cuenta Rebecca, quien está con la vista fija al frente, observando todo.

─Bien, me alegro de no perderme de mucho ─comenta Jackson y le comparto una sonrisa cuando nos volteamos a ver─. ¿Cómo estás?

─Algo nerviosa si te soy sincera, espero que Jade quede.

─Seguro que queda, la vi jugar en la preparatoria. Es buena.

─La mejor.

Decide corregir Rebecca.

***

Tres horas más tarde, las chicas, Jackson y yo nos hemos ido a festejar que efectivamente Jade calificó para estar en el equipo de la universidad. Sinceramente, me alegré cuando Jackson decidió aceptar nuestra invitación a comer los cuatro y acepté que me trajera a casa en su auto.

─Bien, hemos llegado a tu destino ─dice cuando estaciona su auto en la entrada de mi casa. Me doy cuenta que el auto de mamá está en la cochera lo que quiere decir que ha salido temprano de su primer turno y debe estar por irse.

─Gracias por traerme.

─No tienes qué agradecerme, me la he pasado bien. Es bueno estar con amigos.

Asiento ante el comentario y dejo que se forme un pequeño silencio entre los dos. Por alguna razón, no quiero bajarme de su auto aun o más bien, no quiero que se vaya.

─Oye, ¿tienes planes para más tarde?

─No realmente, ¿por qué?

─¿Te gustaría pasar un rato? ─Pregunto señalando hacia la entrada de mi casa─. Mamá suele irse al trabajo y mi hermanito y yo nos quedamos solos, en realidad, suelo cuidarlo.

─Lo recuerdo ─me dice con una sonrisa y su ceño se frunce al pensar─. ¿Mike?

Pregunta algo inseguro y me rio al tiempo que niego.

─Es Milo.

Aclaro y él asiente.

─Bien, creo que podría quedarme un rato si no es molestia para tu madre que les haga compañía.

─Oh descuida, ella prefiere que tengamos compañía.

Jackson apaga el auto para luego salir de éste y entrar a la casa.

─¡Emilieeee! ─Grita Milo en cuanto me ve cruzar la puerta y me abraza─. ¿Adivina que me compró mamá?

─No lo sé, ¿qué te compró?

Todo lo que quiero eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora