Capítulo 13. Entre legos.

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Oliver me lleva a casa y estaciona su auto en la entrada, el auto de mamá está en la cochera lo que quiere decir que mamá debe estar en casa.

─Oye, ¿quieres entrar un rato? ─le pregunto antes de bajar del auto y señalo a la entrada, Oliver mira a la casa, tiene una expresión dudosa y se rasca la nuca.

─¿Habrá un problema con eso?

Bufo.

─¿Pero qué dices? ─me quejo por su absurda pregunta─. Oliver, Milo te adora, Chris y mamá te aprecian también y yo...

¿Qué estoy diciendo? Debería callarme ahora mismo antes de que sea muy tarde.

Maldigo el hecho de que a veces no tenga filtro para algunas cosas, es como si las palabras fluyeran de manera natural y no hubiese forma de apaciguarlas, lo detesto.

─No lo sé, ¿no crees que...?

─Tonterías, baja ─digo abriendo la puerta para salir del auto, Oliver hace lo mismo. No entiendo por qué de pronto luce dudoso, pero creo que invitarlo a pasar es lo mejor que puedo hacer después de la conversación que hemos tenido.

Mamá abre la puerta mucho antes de que podamos entrar y Milo aparece, no le da tiempo a Oliver responder al saludo de mamá porque Milo se lanza a sus brazos y Oliver lo carga de inmediato, me pasa por la cabeza que quizás hubiese dejado que se fuera, seguro no quería ser arrastrado al drama que mi hermano menor comienza a hacer mientras mamá le pide que Oliver lo deje en el suelo.

─¿Quieres venir a jugar legos conmigo? ¡Chris me compró nuevos legos! ─Dice en cuanto Oliver lo deja en el suelo y sale disparado a su habitación para traerle sus juguetes a Oliver.

─Vengan chicos, he comprado un pastel de chocolate nuevo que han sacado en el supermercado, seguro está bueno ─dice mamá invitándonos hacia la cocina, dónde ya está partiendo el dichoso pastel cuando entramos.

─¿Chris no está en casa? ─Pregunto al ver que no ha salido, tal vez está en su habitación.

─Salió hace rato con sus amigos, seguro llega más tarde.

─Bien, más pastel para nosotros.

Digo tomando asiento en una silla, le hago un gesto a Oliver para que también tome asiento en una silla y mamá nos entrega el pastel ya en los platos listos, Milo viene corriendo con las piezas de lego dispuesto a enseñárselos a Oliver, es bastante tierno ver como mi hermano jala la silla hasta que choca con la de Oliver así los dos están juntos.

─Dios, Milo, deja que el pobre Olly tenga su espacio personal.

Dice mamá intentando no reír por las ocurrencias de mi hermano, Oliver se apresura a hablar.

─Descuida Michelle no tengo ningún problema.

─Vamos a jugar legos.

─Milo, no en la mesa.

─Entonces en el suelo.

Milo está por bajarse de la silla y está vez soy yo quien habla.

─Milo, comeremos pastel primero y después jugaremos legos.

─Pero quiero jugar legos ahora y Oliver también quiere...

─Oliver no ha dicho que quiere jugar, Milo.

Mi comentario parece ofender a mi hermano y arruga la nariz en desacuerdo, ya veo venir el berrinche.

─¿Por qué no comemos pastel primero y después jugamos?

─Sí.

Responde Milo a la pregunta de Oliver, mi boca se abre en asombro y quiero quejarme, ¿qué no es lo que yo acabo de decir antes?

Todo lo que quiero eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora