Todo lo que quiero eres tú

Capítulo 26. Como en los viejos tiempos.

Para el viernes, me siento un poco contenta por el hecho de que el fin de semana comenzará y porque he terminado mis clases un poco más temprano de lo habitual. Me encuentro a Jackson en los pasillos de la universidad, pero no tenemos oportunidad de conversar porque él luce ocupado yendo a su siguiente clase, aun así, nos saludamos, no hemos hablado desde el día en que estuvo en mi casa, me pasa por la cabeza que podría enviarle un mensaje para quedar y vernos de nuevo porque siempre es agradable pasar tiempo con él.

Aunque Jade me invita a su partido del viernes, no puedo asistir porque mamá me pide que recoja a Milo después de clases y lo lleve a casa de Lisa, donde pasara el resto del día.

Después de pasar por él a la escuela, le compro un helado y nos lo terminamos de comer para cuando llegamos con Lisa. No iba a bajarme del auto, pero cuando veo que el auto de Oliver está estacionado, decido hacerlo y me sorprende que sea él quien abre la puerta.

─Hola ─decido saludarle─. Lisa cuidará de Milo hoy.

Le dejo saber y él mira al pequeño, quien lo saluda con una mano y le da una adorable sonrisa.

Oliver nos invita a pasar y una vez dentro, Milo nos ignora por completo, yendo hacia la cocina a buscar a Lisa.

─¿Saliste temprano de clases?

Pregunto con intención de hacer un poco de conversación, él asiente.

─Tuve un par de horas libres.

─Que bien, también yo.

Da un asentimiento.

─No creí que vendrías...

Arqueo las cejas.

─Mamá me pidió que trajera a Milo de último momento.

─Ya veo ─comenta y deja que haya un pequeño silencio hasta que se anima a volver a hablar─. Oye, tenía pensado en ir por una pizza por mi cuenta, ¿quieres venir?

Su invitación es casual, pero me sorprende, aun así, asiento en acuerdo.

Seguro que Lisa también habrá cocinado algo en casa, sin embargo, por mucho que me encante su comida, la idea de salir a comer con Oliver es agradablemente tentadora.

─Me parece bien.

─Bien, entonces solo le avisaré a Lisa.

Dice señalando hacia la cocina, doy un leve asentimiento y espero en la puerta por él. Aunque he venido en auto, decido ir en el auto de Oliver y dejar el mío en su casa, durante el trayecto a la pizzería, no conversamos nada, solo escuchamos la radio un poco.

***

─Hacía tiempo que no tenía un día como este ─inquiere Oliver mientras comemos.

─Creo que tampoco yo ─me veo diciendo. He salido con mis amigas como de costumbre, pero antes, Oliver y yo solíamos salir más seguido, hacer cosas casuales como comer juntos, ir por un helado, fiestas o una simple salida al cine.

Su mirada se posa sobre la mía y me observa con atención.

─¿Está todo bien?

Pregunto cuando me comienzo a sentir incómoda por ser el centro de atención.

Oliver se rasca la cabeza.

─El mensaje del otro día... ─comienza a explicar y una diminuta sonrisa que luce más como una mueca aparece en él─. Realmente hablaba en serio, Em.

─Te creo ─digo colocándome el cabello detrás de mis orejas. A veces suelo dejar que mi cabello cubra gran parte de mi rostro y lo sujeto muy pocas veces porque suelo sentir un poco de pena de que me vean a la cara, una inseguridad mía que detesto.