Capítulo 15: Náufrago.

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El salón de clase se encontraba por esas fechas muy movido, cada grupo murmurando entre ellos, opinando sobre la persona más mencionada en esa semana: Park Jimin.

Park Jimin, el chico de la clase 2-A. El chico aplicado que tenía un grupo de amigos al cuál avergonzó por su promiscuidad.

Sí, Park Jimin, el chico que estuvo acosando a un compañero de clase y lo incitó a realizar actos homosexuales a escondidas en los salones abandonados.

¿El mismo que mantiene un rostro afeminado para atraer hombres heterosexuales?

¡Sí! ¡Ese mismo! ¡Es el que usa su inocente rostro para meterse con hombres adultos!

El cuarto lleno de alumnos era un desastre de chismes infundados, información que pasaba de boca en boca y se distorsionaba como un teléfono descompuesto. Era entretenido para todos hablar de Park Jimin, menos para el protagonista que entró al salón mojado de pies a cabeza.

Todas las miradas estaban atentas sobre él mientras se dirigía a sentarse en su pupitre lleno de dibujos obscenos y amenazas de muerte. Por más de que quería gritar para liberar el estrés, sabía que sería tachado de violento sin control de su ira, entonces nuevamente comenzarían a inventar rumores.

Un mal intencionado le había tirado el balde de agua sucia que usaba el conserje para limpiar los pasillos, ¿Qué podía hacer ante eso? Ni las autoridades ni sus padres estaban a su favor, solo quedaba soportarlo. Intentó recordar el dolor que sintió de bebé cuando salían sus primeros dientes como una manera de consolarse, pero no había forma de comparar lo doloroso que era sentirse abandonado por quienes creías que te apoyarían sin importar qué.

Podía oír como cuchicheaban, las risas burlescas, los gemidos agudos, las sillas arrastrándose lejos de él por el olor fuerte que desprendía de su uniforme; podía sentir las bolas de papel golpeando su cabeza, las miradas juzgadoras quemándolo vivo. Aún así, seguía sin reaccionar, su mente se había anulado por completo y su cuerpo funcionaba en automático.

Cuando el profesor entró al salón, y los demás estudiantes se acomodaron en sus lugares, llamó a Jimin tres veces al tomar lista. Este estaba ausente.

Su vista había quedado pegada a una palabra particular que se repetía varias veces en varios tamaños y diferentes estilos;

"Suicídate, bastardo."

—¿Park Jimin? ¿Podrías repetir lo que estoy explicando?

Ni siquiera sentía el correr del tiempo.

Era otra clase, otro profesor. Su pelo se había secado, tenía pequeños trozos de mugre que le quitaban el brillo natural que lo hacía ver sedoso, ahora lucía opaco. La ropa ya no estaba mojada a pesar de que olía mal, y sus ojos no podían mirar a otra dirección que no fuera esa palabra.

"Suicídate, bastardo..." —Contestó ido. El ambiente se congeló al igual que el rostro del profesor. —"Muere, prostituta. Ábrete la garganta y sírvenos ponche, hijo de puta. Me divertiré con tu culo violándote con un bate. Deja de menearle el culo a los hombres, perra sucia..."

Mientras leía detalladamente cada palabra escrita en su escritorio, el profesor no podía tolerar la estrafalaria actitud del chico al soltar esas cosas sin pudor alguno.

—Park... —Intentó llamarlo, pero la campana que anunciaba el último receso llamó a todos los estudiantes a tomar un descanso. —Estudiante Park, por favor, pase por la sala de profesores para...

No pudo terminar la frase que Jimin se paró bruscamente del asiento con la intención de subir a la azotea de la escuela. Salió del salón oyendo los gritos del docente a la par de que la gente a su alrededor se alejaba "discretamente" como si tuviese un tipo de enfermedad contagiosa.

Arruinando la boda de Jeon Jungkook [Kookmin].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora