Capítulo 32: Final.

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Navidad ha llegado, y en el restaurante de Seokjin, la alegría navideña se siente en cada rincón. Días antes decoraron entre todos el lugar con guirnaldas verdes y rojas, luces e incluso armaron un gran árbol con una hermosa estrella plateada en la entrada.

Y para hacer más divertida la navidad mientras trabajan, propusieron para ese día hacer hacer una temática de disfraces los cuales eligieron por sorteo. 

Seokjin es el duende líder, mientras que a Junghyeong, Minhyun y Eunji les tocó ser los asistentes del duende líder; Haeyoung, Haewon y Taemoo se disfrazaron de renos, y Jeonseo...

—¿No se está tardando mucho? —Se pregunta Seokjin mirando hacia la oficina donde Jeonseo lleva media hora encerrado cambiándose. —Pronto llegarán los clientes y aún no se ha puesto su traje. 

Como si lo hubiese manifestado, la puerta se abre por fin. Todos dejan de hacer lo que estaban haciendo para enfocar sus miradas en esa dirección y estallan en carcajadas cuando sale Jeonseo vestido de Santa Claus. 

—Creo que este Santa Claús debería ganar un poco de peso. —Comenta Taemoo por las anchas ropas que le quedan colgando como si fueran trapos. 

Parece que es gracioso para los demás menos para Jeonseo, ya que el traje además de quedarle demasiado holgado, la barba le pica la cara y la tela del disfraz al ser de tan mala calidad, le causa comezón. 

Seokjin da un aplauso para captar la atención de todos.

—Bien, a ponernos en marcha. Santa Claus, tu desempeño este día será recibir a las personas en la recepción con un saludo navideño, ¿Practicaste lo que dirás? 

Jeonseo suspira avergonzado, aceptó hacer el ridículo solo porque Seokjin estaba ilusionado con la temática y no quería quitarle la felicidad, pero ahora empieza a arrepentirse.

—Jo-jo, feliz navidad, que tengan una excelente comida jo-jo navideña... 

Jeonseo pensó que su frase fue tan buena que los dejó sin palabras, pero en realidad solo estaban conteniendo la risa. Nuevamente, es el único que no puede reírse.

La energía totalmente negativa en su frase contrasta demasiado con su colorido traje, lo más probable que con esa actitud espante a los clientes, pero aún así es divertido.

Seokjin se acerca hasta a él para darle un abrazo de consuelo.

—Lo hiciste bien, gracias por participar.

La radiante sonrisa que le da Seokjin lo hace sonrojar, quiere besarlo ahí mismo, pero sería raro ya que el resto del equipo no saben que están saliendo. Sin embargo, se siente satisfecho, aunque será difícil terminar la jornada vestido de Santa Claus, ver feliz a Seokjin hace que valga la pena.


Esa madrugada en la que Taehyung partió a un destino desconocido, Jimin volvió al departamento con la mente en blanco, sin saber exactamente qué pensar o cómo sentirse. Allí lo esperaba Jungkook sentado en el sillón, aliviado de saber que se encontraba bien, se acercó a estrecharlo entre sus brazos, y ahí fue cuando Jimin pudo dejar escapar las lágrimas que tanto le habían costado retener.

Jungkook no dejó de acariciarle el cabello hasta que pudo calmarse un poco, fue entonces que le entregó el sobre que Taehyung había dejado para él.

No pudo pegar un ojo leyendo cada papel dentro de ese sobre, era información que Taehyung recopiló por su cuenta sobre su familia, y en su mayoría, eran más desventajosa para su madre, la señora Kim. Esa mujer que Taehyung tanto quería y admiraba como un modelo a seguir no era más que una ambiciosa de sangre fría, le había arruinado la vida a más de una persona, a la familia de Jimin, y a su propio hijo también, porque ahora es él quien carga con la culpa de la muerte de la señora Park que su madre no puedo aceptar.

Arruinando la boda de Jeon Jungkook [Kookmin].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora