El cuello de Jungkook provoca un eco en el departamento cuando entra tronándoselo. Se quita lo que lleva puesto preguntándose por qué el departamento se encuentra sumido en un profundo silencio bajo la oscuridad de la noche.Se frota los brazos y realiza unos movimientos rotativos con los hombros para relajarlos, pero la tensión en ellos no se calma.
Checa su reloj de muñeca; son las doce y media.
¿Dónde está Jimin? Le había dicho que regresaría temprano.
Durante la cena que tuvo revisaba cada diez minutos la barra de notificaciones por si recibía un mensaje suyo, pero ninguna noticia llegaba.
—¿Se estará divirtiendo? —Le pregunta al aire esperando que algo o alguien le responda.
Tal vez la cena salió mejor de lo que había pensado y por eso decidió quedarse hasta más tarde con ellos. Aunque también existe la posibilidad de que algo hubiese salido mal y haya querido salir a vagar como lo hizo la última vez luego de su conversación con Taehyung.
Un incómodo dolor se instala en su estómago, retorciéndolo, como si un parásito lo estuviera comiendo por dentro. No saber de Jimin le causa nauseas.
Esperaría un poco más, solo un poco más.
Se dirige hacia el armario donde Jimin le había hecho un espacio para que guardara su ropa junto a la de él, entonces el parásito le retuerce más fuerte las entrañas al percatarse que faltan varias prendas de su compañero.
La imaginación de Jungkook empieza a correr. Da pasos apresurados hasta el baño, y al encender la luz, mira el lado donde Jimin suele poner sus productos de higiene. Solo unos pocos de ellos están en su lugar original.
El mundo se para por un segundo, no escucha su voz interior, ni las sirenas de afuera yendo de un lado al otro, ni las gotas de agua cayendo del grifo; el parásito se ha calmado, no puede reaccionar al principio, colaborando a crear más incertidumbre al pesado ambiente. Al volver de nuevo a la tierra, toma una larga respiración desprendiendo el reloj de oro de su muñeca.
Tantea los bolsillos de su pantalón en busca de su teléfono, y lo primero que hace, es llamar a Jimin.
No obtiene respuesta.
Lo llama una vez más.
Nadie responde.
Si tan solo la noche no hubiese sido tan larga para él, se quedaría despierto mirando películas en lo que esperaba a que su compañero regresara. Pero los músculos le duelen, y su mente le pide descansar. Por más preocupado que este, no tiene muchas opciones, y las que tiene, no puede elegirlas por un acuerdo que hizo consigo mismo.
Jungkook apaga la luz del baño, y luego de ponerse su pijama, se recuesta a intentar conciliar el sueño. Supo desde que apoyó su cabeza en la almohada que le tomaría su tiempo lograrlo con el cuerpo tan tenso, ¿Y si de verdad le había pasado algo? ¿Y si en ese instante le estaban robando? ¿Qué si había tomado más de la cuenta y alguien estaba aprovechándose de su estado?
Jimin es tan despreocupado y despistado, aún cuando le habían pasado tantas cosas malas, se permite creer que nada puede ser peor. Quizás no es despreocupado, sino que ya no le importa nada de nada lo que pueda sucederle. Ese es uno de los malos hábitos de Jimin, el poco interés que tiene en su seguridad preocupa de sobremanera al resto, solo que este no se da cuenta.
Mientras más lo pensaba, la ansiedad aumentaba.
Tardó unas cuantas horas, tortuosos minutos donde su mente se llenaba de numerosos escenarios en los que no podía intervenir. Se sentía frustrado por eso, porque ahora que tiene el poder y el acceso para protegerlo, tampoco puede hacerlo.
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Arruinando la boda de Jeon Jungkook [Kookmin].
FanfictionPara algunos la perfección no existe, nadie es perfecto, pero para Park Jimin, la perfección existe y vive dentro del cuerpo de su compañero de oficina al que tanto odia. Jeon Jungkook es la definición del hombre heterosexual perfecto; adinerado, ca...