Jimin despeina su cabello frustrado. Su humor este día es tan desagradable que siquiera él mismo se soporta. Tiene que ponerse en marcha pero solo está sentado bufando como si eso fuese a solucionar algo.
—¿Seguirás arrastrándote como una babosa deprimida por el resto de tu vida? —Pregunta Seokjin a sus espaldas.
—Si es necesario...
El jefe se acerca a sentarse a su lado en la barra y aprieta uno de sus hombros amigablemente.
—Vamos, solo intenta un poco más. Te veo conmigo pero es como si estuvieras ausente... Te necesito aquí, ¿Bien?
Al parecer las palabras de Seokjin son lo que estaba necesitando oír ya que el cuerpo de Jimin se siente menos pesado y la mente más despejada.
—Sí, tienes razón... lo siento.
—Está bien, entiendo por lo que estás pasando. El primer mes es difícil de superar, el segundo ya no tanto, en el tercero tienes una recaída, y en los siguientes ya ni te acuerdas.
—¿Lo dices por experiencia propia?
—Sí. El primer y último hombre que me rompió el corazón es ahora CEO de una famosa empresa, créeme que no es sencillo superar a alguien así.
—¿Qué? No te creo, nunca me contaste.
—Como dije, luego del tercer mes, lo olvidas. —Jimin se ríe de su comentario, y al verlo sonreír, Seokjin lo hace también. —Tomate unos minutos y regresa a atender a los clientes, ¿Okay?
—Bien, gracias por darme ánimos.
—Cuenta siempre conmigo.
Dándole unas últimas palmadas al hombro, se va.
Jimin tira su cabeza hacia atrás suspirando.
Fin de año está por llegar y aún no tiene muchos planes para salir de la rutina. Desde que Jungkook se fue, el tiempo se ha vuelto muy lento, tal vez porque está ansioso esperando que conteste uno de sus mensajes a pesar de que ha pasado un mes sin saber de él.
Su ausencia no es únicamente notoria en el departamento, sino también en el ambiente, y en Uyu, el cual Jimin ha notado decaído, sin querer salir y dándole la espalda todo el tiempo.
Ha sido difícil para Jimin tratar de seguir adelante, porque después de todo no tenía siquiera una buena excusa para buscarlo, y mientras encontraba una forma de ir hasta él, las horas siguieron corriendo, así que solo continuó los días como de costumbre por más complicado que le fuera sacarlo de su cabeza.
Cada vez que recuerda el tiempo que pasaron juntos y el día en que se fue, entre todo el discurso que da recreando las escenas en su mente, lo que más repite es el subjuntivo de "querer", el "quisiera"; "quisiera poder volver y hacer otra cosa", "quisiera poder hablar con él, "quisiera...", "quisiera...", siempre "quisiera", deseando que mágicamente el mundo actúe a su favor en vez de hacer algo por cuenta propia.
Tampoco es que esté de brazos cruzados esperando a que Jungkook regrese por sí solo, está en una etapa de la vida donde no puede quedarse esperando porque cuando menos me sé cuenta, ya no habrá tiempo ni oportunidades, entonces si quiere que las cosas sucedan, debe ponerse en acción. El problema es que la única vía que tiene para encontrarlo tampoco está en línea.
Intentó llamar al asistente de Jeon en dos ocasiones, pero por lo visto, él había realizado la llamada desde otro teléfono, porque al marcarle, una voz femenina atendía.
Se dio por rendido momentáneamente, no es que tenga muchas opciones y de la misma manera no puede dejar de hacer su vida.
Se levanta dando por cerrada la charla consigo mismo, es hora de volver al trabajo.
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Arruinando la boda de Jeon Jungkook [Kookmin].
FanfictionPara algunos la perfección no existe, nadie es perfecto, pero para Park Jimin, la perfección existe y vive dentro del cuerpo de su compañero de oficina al que tanto odia. Jeon Jungkook es la definición del hombre heterosexual perfecto; adinerado, ca...