Tres tranquilos días transcurrieron luego del catastrófico incendio en el compromiso de Jeon Jungkook.Durante el tiempo en el que Jeon tuvo que quedarse en su lujosa casa consolando a su no esposa pero nuevamente comprometida, el sol brilla más que nunca para Jimin. Se despierta con una sonrisa, con ganas de laborar, comer sano, pasear a Uyu por el parque y jugar con él en casa. Las cosas marchan de lo más bien, pero no puede decir lo mismo de sus demás compañeros.
El continuo día del compromiso que no llegó a concretarse, la atmósfera era de lo más pesada, tanto así que varias veces Jimin se planteó si era bueno quedarse en la oficina ahogándose con toda esa bruma. Por primera vez en años se oía únicamente el sonido de la punta de los dedos tecleando las computadoras, los lapiceros firmando papeles vírgenes, y las fotocopiadoras imprimiendo documentos importantes. No se oía ni una voz. Por una vez disfrutó estar sentado en el trabajo.
—¿Por qué Park es el único que se ve contento?
—Sé que es aburrido como ver películas mudas, pero jamás supuse que sería tan poco comprensivo.
—Él se alimenta de las desgracias de los demás, de lo contrario, muere.
Esa fue una de las conversaciones más entretenidas que oyó en un largo, largo, largo rato por esas zonas, por no decir que es la primera vez.
Nadie es capaz de quitarle la alegría que tiene por haber estado presente en todo el alboroto causado gracias a su mascota. Cuando llegó al departamento, lo primero que hizo fue levantar a Uyu entre sus manos y llenarlo de besos abundados en agradecimiento. Algún Dios se aseguró de que se cruzara con él para traer fortuna a su vida contaminada de desgracia.
Es un tanto malvado... no, es muy malvado de su parte estar tan satisfecho con la situación desastrosa de Jungkook, pero es inevitable sentir su corazón aliviado por saber que tardarán meses en volver a reorganizar las fechas para la nueva boda. Lo que por un lado es triste, porque a pesar de que momentáneamente tendrá a ese hombre otra vez trabajando con ellos, no quita el hecho de que nada cambiará. Él continuaré siendo el mismo Park Jimin con el que convivió durante algunos años, tan distante como siempre, que demuestra desinterés y solo habla con monosílabos, y Jungkook, será el mismo Jeon Jungkook de todos los días, el heterosexual de vida envidiable que ama lo que hace. En cuestión de tiempo la rutina volvería a ser la misma.
Desaprovecharía una vez más una oportunidad.
Jimin truena su cuello para quitar el dolor que se generó en su nuca por dormir en una mala posición en lo que la cafetera termina de preparar el primer café del día. Una vez obtiene su pequeño vaso de poliestireno lleno, camina hasta el escritorio otra vez y lo deja sobre algunas carpetas para estirar su espalda.
En medio de todo este silencio se siente en paz, aunque todavía le inquieta un poco no saber qué sucede con Jungkook ni cuánto tardará en volver al trabajo.
Y parece ser que lo manifestó, porque lo ve entrar al piso con una expresión seria en el rostro. Saluda a sus compañeros de lejos al pasar, pero su objetivo principal es Jimin.
Pasa por su lado haciéndole un gesto para que lo siga.
—Ven conmigo.
El tono de su voz lo estremece, nunca lo había visto poner esa expresión siquiera cuando estaba concentrado en algo. Por eso lo sigue, a su ritmo, ya que un paso de Jungkook son dos de Jimin.
Ambos entran a una de las salas de reuniones vacías.
El silencio es asfixiante, Jimin puede presentir una vibra extraña sobre Jungkook, pero no dice nada. Jungkook apoya su cuerpo al borde de la gran mesa y se cruza de brazos, mirándolo como si quisiera traspasar su cuerpo y alma.
ESTÁS LEYENDO
Arruinando la boda de Jeon Jungkook [Kookmin].
FanfictionPara algunos la perfección no existe, nadie es perfecto, pero para Park Jimin, la perfección existe y vive dentro del cuerpo de su compañero de oficina al que tanto odia. Jeon Jungkook es la definición del hombre heterosexual perfecto; adinerado, ca...