Arruinando la boda de Jeon Jungkook [Kookmin].

Capítulo 17: ¿Dónde estás?

A pesar de que no es de madrugada, la noche es helada. Su rostro está caliente, su nariz roja y sus ojos continúan hinchados.

Desde la banca en la que está sentado ve que algunos negocios aún están abiertos, en especial los bares o cervecerías. Se tienta a entrar a uno para beber hasta dejar de pensar en Taehyung y el pasado, pero la voz de su subconsciente le recuerda las palabras de Jungkook;

"Enfrenta tus emociones como un adulto."

Es lo que más desea en este momento, poder enfrentar su frustración, decepción, culpa y resentimiento como una persona emocionalmente estable que tiene la capacidad de olvidar con facilidad, que no siente miedo o que por lo menos puede lidiar con ello.

No puede hacerlo, no sabe por qué, solo sabe que no puede, y que mientras más se presione, no se sentirá a gusto cuando llegue el momento de avanzar. Todo tiene un tiempo de superación, incluso sanar puede llevar una vida entera; algunas personas pueden llegar a morir sin haber podido ser perdonadas o sin poder perdonar a los otros, y sinceramente, si lo piensa bien, no quiere ser ninguna de las dos.

Guarda las manos en los bolsillos de su grueso abrigo al sentir como los dedos comienzan a entumecerse por el frío. Hay algo dentro. Lo saca para identificar que es una barra de cereal de frutos rojos.

—Maldito, estás en todas partes.

Por algún motivo se conmueve, y pequeñas gotas cargadas de tristeza caen sobre el cereal en su palma. Donde sea que vaya, siempre hay algo que le recuerda a Jungkook. 

La persona que ha estado con Jimin este último tiempo y ha sabido consolarlo a su manera, es Jungkook. Cuida de él de una forma que no parece estar haciéndolo por obligación o porque le debe una por darle hospedaje, sino que lo hace porque naturalmente es considerado. 

Se siente frío y sin energía, por eso tiene la necesidad de llamarlo telepáticamente para que aparezca frente a él y le haga olvidar del tormento aconsejándolo o preparando uno de sus platillos para distraerlo, ¿Dónde está ahora que lo necesita?

—¿Jimin?

Oye su voz, pero no es capaz de levantar la cabeza porque piensa en la posibilidad de que puede ser su imaginación. Pensó tanto en él, que quizás se volvió loco.

Pero... ¿Y si de verdad está aquí? ¿Y si de verdad manifestarlo funcionó?

Duda, pero aún así levanta la mirada para encontrarse a Jungkook de pie frente a él, vistiendo un abrigo negro hasta las rodillas al igual que sus pantalones, los zapatos y el suéter. Elegante, hace mucho que no lo veía vestirse con ropa de ese estilo.

—¿Jeon? ¿Cómo...?

—Cené con un conocido cerca de aquí, estaba caminando de regreso al departamento... —Al escucharlo hablar puede confirmar que no es parte de una fantasía. Desvía sus ojos nuevamente a sus manos al caer en cuenta de lo deplorable que debe lucir por llorar y devuelve el cereal a su lugar anterior. Jungkook se pone de cuclillas. —¿Qué sucedió?

Debate sí debería contarle o no. Existe una alta posibilidad de que sepa la historia con Taehyung, ya que en el tiempo en el que la verdad salió a la luz, todo el curso hablaba de su relación sin siquiera preocuparse por ser discretos. Es muy posible que lo sepa, y que por respeto, no lo haya mencionado.

—Taehyung quiso hablar conmigo para disculparse por lo que sucedió, pero no pude aceptarlo.

No contesta. Le inquieta un poco que se quede callado. Sorbe un poco su nariz.

—Está bien, no tienes por qué aceptarlo.

Jimin lo mira sorprendido. Lo que menos esperaba, era que le dieran la razón. Creyó que le diría que es un inmaduro. Pero por más de que tenga la opción de no perdonarlo y huir como lo hizo en su momento, ¿Hacerlo no abriría más las heridas que tiene por esa misma decisión?