Capítulo 3: D-D.

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Tres semanas transcurren desde entonces.

Podría decirse que desde que Jimin admitió que ese odio irrazonable por Jungkook se debía más a un tipo de defensa emocional más que por un tema de envidia, su vida dio un ligero cambio. Por alguna razón, desde que aceptó ir a la boda, Jungkook intentó volverse más cercano a él. Le dejaba de vez en cuando una pequeña bandeja de comida con notas un tanto empalagosas para Jimin, quien no estaba acostumbrado a recibir tanto "cariño" de repente. Tales mensajes eran: "¡No olvides tener tus tres comidas!^^" o "Tienes que estar saludable para tener un buen desempeño en el trabajo, ¡Come apropiadamente!".

Y por si eso es poco, está también el hecho de que Jungkook aprovecha cualquier mínima oportunidad para interactuar con él, haciendo cosas como llegar al mismo tiempo que él para cruzarse con Jimin al tomar el elevador; intentar generar cortar charlas al pasar por su escritorio que al final termina siendo aún más corta de lo anticipado al recibir monosílabos por parte de Jimin o acecharlo durante sus momentos de descanso para preguntarle cómo se siente.

Ese repentino trato lo hacía sentir incómodo, ¿Quería llevarse bien con él o a qué se debía esa actitud?

Ya para rematar, encontrar un traje fue una misión casi imposible de no ser por Hoseok, quien al ver la ajustada situación económica de Jimin, decidió regalarle uno de los suyos. Aunque en un inicio la intención inicial de Jimin era alquilarlo solo para ese día, Hoseok prefirió regalárselo, y aunque Jimin se negó, al final terminó aceptándolo con la excusa de que era un regalo de cumpleaños adelantado. 

Y hablando de regalos, Jimin se frena de golpe frente a la vidriera de una tienda de regalos. Su reflejo le llama la atención, aún no puede acostumbrarse a verse en un traje tan caro y con el cabello rubio, había elegido un look especial para el evento. No recuerda cuándo fue la última vez que utilizó un traje caro, ¿Quizás en algún casamiento de un conocido?

Aclara su garganta ciertamente avergonzado por ese golpe de confianza que lo distrajo. Lo que realmente le interesa es lo que está viendo detrás del gran vidrio: Objetos de todos los tamaños y precios para regalar.

Ocupó tanto su cabeza en cómo conseguir un traje que se olvidó del presente para los comprometidos. Y tampoco es que puede darse el lujo de pagar algo caro, pero teniendo en cuenta que recibirán regalos valuados en altas sumas dinero, no quiere darles un simple regalo aburrido. Es más por orgullo que por otra cosa.

Jimin ve unos bonitos collares de pareja a un costado, ambos de plata, los diamantes que cuelgan de las cadenillas tienen la misma forma pero de diferente color, uno parece ser de rubí y el otro de esmeralda.

Es un buen regalo, así que piensa en qué hacer para poder llevarlos.

Se toma unos segundos antes de entrar y negociar con el empleado del lugar.

Tal cual se imaginaba, el hombre le pregunta por el collar que Jimin lleva puesto. Es una bonita placa que su padre le había regalado mucho años atrás cuando era un adolescente, pero alberga malos recuerdos para él, así que se la entrega, y sale victorioso con ambos collares en mano. 





Al llegar al lugar donde se llevará a cabo el casamiento, Jimin se queda parado mirándola de arriba a abajo, sintiéndose algo diminuto por la inmensidad de la casa.

Suspira, preguntándose una vez más si quiere entrar. Está a tiempo para darse la vuelta e irse en silencio. Jungkook no aparecería en la empresa por un tiempo, el suficiente para inventarse una excusa hasta entonces. Aunque también tiene la opción de 

Arruinando la boda de Jeon Jungkook [Kookmin].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora