En la noche, con el frío aire en el ambiente y sus respiraciones claramente visibles por la temperatura baja.
Los vigías se mantenían callados y en la espera de la señal de sus líderes de escuadrones.
Al menos 20 rodeaban la colina y aún más estaban a la espera de el barrido del área, en uno de los arboles cercanos a los pies de la colina.
Una figura encapuchada con una túnica blanca pudo verlos, no muy lejos.
Saliendo el laberinto de árboles y arbustos que era el bosque, una figura a lomos de un caballo se alejó en un camino.
El se puso de pie y sujeto una rama para no caer pero aclarar su visión al acercarse a la tierra.
Al centrar sus sentidos y usar toda la capacidad de su profesión, pudo ver algo.
No era un caballo sino dos y el segundo cargaba algo.
- Señor.
Susurro la sombra a su superior que bajo de la rama superior a la de el y escucho su informa.
- Dos caballos, un jinete y algo que parece un saco con un cadáver.
El mismo analizo lo que el vio a la ves que el misterioso jinete encapuchado y con una capa roja se alejaba.
- Parecen supervivientes de ese batallón de soldados.
Comento su jefe a medida que el tomo un arco y apunto a el jinete, a esta distancia seria difícil darle a el pero no tanto a su caballo.
Apunto, se concentró y se preparó para soltar, pero en ese momento una mano le detuvo.
- No tiene sentido.
El bajo su arco y flecha y escucho a su superior.
- Estan demasiado lejos, informa al Capitán Silvan. Que no sepan que los vimos huir y envíen a alguien a cazarlos.
Dijo el a la ves que la figura de los dos caballos, el jinete y su misteriosa carga se perdían en la fría noche.
Dos días después, en alguna parte del norte devastado por la guerra y el caos.
El calor de la mañana era demasiado agradable, la suave brisa del amanecer y los insectos haciendo se escuchar.
Llegaban a ser relajantes, aún que para ella no era así ya que debía obtener la comida.
El agua fluía por el pequeño río, no era muy profundo y llegaba hasta las rodillas, algunas partes hasta su cintura.
Se mantuvo de pie sobre la roca, en una postura de tiro que le enseñó su padre.
La capa roja que cubría su cuerpo era algo molesta pero la ayudó a mantenerse caliente durante la noche, aún que no fueron muchas horas.
Vigiló los alrededores y no estaba muy lejos, sabía que no debía dejarlo solo pero necesitaban comida.
La capucha roja cubría su rostro y sus ojos eran difíciles de notar bajo esta, aún así.
La intensidad de estos se hacían sentir para cualquier ser que la viera, sujeto fuerte el hilo del arco y tenso este a medida que los vio.
Habían unos 6 y uno en especial era bastante grande, mucha carne y un disparo no muy difícil.
Sobre la roca en medio del río, guardo silencio y regulo su respiración.
No quería hacer ruido y atraer a un animal salvaje o bestia mágica.
Necesitaba ese pescado, era gris y tenía tonalidades rojas en su cola y cabeza, parecía ser que se dirigía río arriba.
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Overlord: La Arquera De Ojos Asesinos
FanfictionPerdió todo y a todos, siendo la ultima de los Baraja. Su padre, madre, familiares y amigos. Todos muertos por la guerra contra el Rey Demonio jaldabaot que ahora gobernaba su tierra natal. En esta época cruel y sangrienta para su pueblo, la persona...