Eran fuertes, muy fuertes. Teñidos en desesperación, miedo y un sentido de supervivencia ante el peligro.
Los gritos la despertaron, estaba de noche ya y no podia ver bien.
Al menos, no si usaba sus ojos normales. Se mantuvo en la cama que estaba dentro de su habitación, la posada estaba euforica.
La gente gritaba a medida que los soldados fuera trataban de establecer algo de orden y de forma inutil.
Eran superados por las multitudes que huian o comenzaban saqueos, los menos inteligentes atacaban los comercios y tomaban todo lo que podian.
De alguna forma, ella no fue llamada por su guardiana. La mujer que igual que los demas habia llegado con ellos.
Un total de 10 habian sido elegidos de la ciudad y todos serian entregados al sacerdocio, para ser entrenados y educados en la capital.
Se mantuvo recostada en la cama, escucho como un hombre hablo con su guardiana.
- Debemos sacar a los niños de la ciudad, no es seguro. Tiene que huir al sur y abordar un bardo de evacuación.
Argumento el a medida que otro hombre le hablo tras arrodillarse.
- ¡Sargento! An atravesado el segundo muro, llegaron a la plaza oeste y estan acabando con todo a su paso.
La conversación se detuvo y la mujer, quien hasta ahora habia estado en silencio.
Finalmente hablo a la ves que el sargento saco su espada y la escucho atento.
- Tengo ordenes de mantenerlos en la posada hasta el capitan venga, no puedo hacer nada mas. Por favor...Gane tiempo.
Un silencio callo sobre ellos 3 y tras ella ver las sombras de sus pies, el sargento dio media vuelta sin mas.
Alejandose en silencio mientras que la mujer dijo en un tono de lamento y dolor.
- Gracias....
La curiosidad le empezo a ganar y sabiendo que los gritos solo seguian a lo lejos.
La batalla o lo que estuviera ocurriendo, le llamaba.
Habia crecido en una ciudad esclavista, sabia y habia visto las batallas de gladiadores.
Quizas era eso, un esclavo molesto o un grupo que logro liberarse y comenzar una batalla contra sus guardias.
- Quiero ver...
Susurro la niña con una leve sonrisa y al hacerlo, se centro lo mejor que pudo.
Relajo su cuerpo como le habia indicado la hermana superior que la descubrio y poco a poco.
Pudo verlo, era diferente. En ves de la oscuridad que normalmente veria un humano en la noche.
Ella notaba algo, destellos. Luces que brillaban un momento y al siguiente no.
Alojadas en los pechos de las personas, sintio que se ponia de pie y al ver hacia su cama.
Vio su luz, el celeste destello se mantenia. Ya podia moverse y estar a salvo.
Al acercarse a la puerta, la atraveso sin problemas y vio a la mujer en ropas de sacerdotisa.
Llorando en silencio en el extenso pasillo, ademas de esta habitación habian otras 9 y en estas sus amigos.
Todos de diferentes familias, lugares y edades.
- Dioses...Por favor...Protejan estas almas...
Susurro ella antes de caer rendida al suelo y seguir llorando en silencio.
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Overlord: La Arquera De Ojos Asesinos
FanfictionPerdió todo y a todos, siendo la ultima de los Baraja. Su padre, madre, familiares y amigos. Todos muertos por la guerra contra el Rey Demonio jaldabaot que ahora gobernaba su tierra natal. En esta época cruel y sangrienta para su pueblo, la persona...