Capítulo 7 "Lo haría gratis"

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Sostiene un recipiente con tacos, sí tacos. ¿Quién lo diría? El oficial ama la comida mexicana así que es lo primero que compartirá con su vecino. Golpea la puerta tres veces hasta que esta se abre y revela a un precioso hombre castaño, los ojitos azules más bonitos que ha visto, ¡Joder! Claro que sí.

—¿Cap? —luce desprevenido y debe estarlo porque está completamente empapado, la camiseta sin mangas y el cabello relamido por el agua.

Nadie debería verse así de bien con solo ropa mojada pero es que la tela se pega a su cuerpo en partes donde Harry ha evitado ver por su propio bien. Las gotas que resbalan desde su mejilla ruedan y hacen su camino lentamente por la mandíbula y se deslizan por el cuello acariciando la piel tersa y acaramelada.

Harry podría tener un micro infarto con esta imagen, material para más tarde seguro. No ayuda en nada a que el pecho de Louis suba y baje más rápido de lo normal y sus labios luzcan más rojos.

—Ehhh... sí. Bueno yo, es decir tú. Nosotros...—¡Maldición! Harry se atraganta con sus propias palabras porque su sangre se está concentrando muy lejos de su cerebro ­—traje tacos.

Louis le deja pasar y la sonrisa en su rostro no se va.

—Déjame cambiarme la ropa.

—¡No! —Harry grita y luego se arrepiente porque está seguro que sonó como un loco depravado —digo, a mí no me molesta...¿por qué estás mojado? No... lo que quiero decir es ¿por qué tu ropa está mojada?

—Estaba bañando a Clifford y me alegra que no te moleste verme mojado, tal vez luego...—hace una pausa mientras muerde su labio, nota cómo la nuez de Adán del policía se mueve y solo le hace cosquillas verlo afectado por unas simples ropas húmedas—ahora déjame cambiarme o estaré enfermo.

Después de cinco minutos está de vuelta, luce ropa seca y el tiempo fue apenas suficiente para ralentizar el corazón del oficial.

Están sentados en la sala, nadie dice nada y solo se miran de reojo.

—Deberíamos besarnos...para romper la tensión— es lo primero que se le ocurre decir a Louis pero sabe que acertó conello cuando mira la reacción del policía.

El color de Harry cambia a uno carmín y una tos repentina le asalta. Louis sonríe de ver lo tierno que se mira, grandote, malote y ruborizado por algo tan inocente.

—D-deberíamos comer...los tacos se están enfriando.

Louis le deja pasar esto y deja que Harry gane, verlo cambiar de color es un deleite porque sabe que es él quien causaesas emociones. La comida es deliciosa y pronto están finalizando.

—Lamento no tener un postre Cap...pero si me dices qué te gusta puedo conseguirlo.

—Hmm, yo...bueno no, no es n-necesario. —se ha vuelto una masita, todo tierno y tartamudo cuando nota el doble sentido de las palabras de su vecino.

—¡Oh! Espera, tengo galletas—Louis corre de regreso a su habitación porque ahí es donde las guarda —Bueno, en realidad solo queda una —dice mientras muestra la última pieza —podemos compartir.

—Sí.

—¿Si? —Louis coloca la galleta entre sus labios y presiona una parte entre sus dientes a la par que se acerca a Harry. Lo está mirando a los ojos y recorre el poco espacio hasta sus labios y de regreso a los ojos verdes. La respiración de Harry es agitada, puede sentir sus pulsaciones pero no se mueve. Louis es quien hace el minúsculo movimiento, lento, tortuoso, seductor.

Contra todo pronóstico Harry toma el otro extremo de la galleta y sus labios no llegan a rozarse pero él quiere, por su vida que quiere probar y solo siente el aire de la respiración ajena golpear contra la comisura de su boca.

La galleta cruje al romperse y es hasta ese momento en que sale de su aturdimiento. Está completamente rojo y caliente en el sentido más literal ya que incluso puede sentir sus orejas elevar su temperatura.

Louis sonríe pero no se retira. Su voz sale como un susurro y Harry está seguro que si siguen esta línea, esta noche podría ser "la noche".

—Dime algo Cap...¿Tú me besarías por un millón de dólares?

—¿Yo?

—Sí, tú.

—Hmm, c-creo que— Harry tiene serias dificultades para tragar, su saliva es espesa a este punto y comienza a balbucear —q-que lo haría por m-menos, por... por cien mil tal vez.

—¿Cien mil? Hmm... no tengo cien mil Cap, tendrás que bajar tu precio.

—No...yo no... hmm mejor come Tomlinson —dice con el tono más serio que puede conseguir pero la cercanía de Louis lo complica.

—¡Joder Cap! Es un juego, vamos dime ¿por cuánto me besarías? —mientras lo dice se acerca un poquito más al rizado.

—Mhmm, bueno pues...lo haría por diez.

—¿Sí? —Louis muerde su labio y se acerca tan solo un poquito más— pues yo lo haría por cinco.

—Ehmm... yo, pues yo...no me vas a ganar Tomlinson —comienza a susurrar —Yo lo haría gratis.

—Perfecto... Igual yo te pagaría...—Harry traga con dificultad y Louis clava su mirada a los labios del policía, se relame los suyos y es tan lenta la manera en que acerca como una gacela a su presa. Está a punto de tomarlo pero su plan es frustrado con una llamada.

—¡¿Qué?! ¡Sí.sí! ¿Cuándo? ¡Claro amor! Te espero, sí. Te amo cariño.

El ambiente cambia drásticamente cuando Harry escucha aquello, no le gusta cómo se ha referido Louis a la otra persona así que hace su camino hacia la puerta mientras el castaño sigue con el teléfono en la mano pero antes de abrir la puerta la voz de Louis le hace detenerse.

—¿Te vas?

—Sí.

—Pero ¿no será malo que te vayas así?

—Así cómo?

—A sí, sin un besito.

Louis se acerca un poco más, intenta retomar su papel de cazador pero es claro que la presa no está en el mismo plan, lo sabe por su postura rígida y la mandíbula apretada que se alza con cierta indignación.

—No me gustan los juegos Tomlinson.

—Es una pena Cap, tengo una habitación al estilo de Christian Grey —guiña un ojo —no entiende bien por qué el cambio de actitud de Harry y éste no dirá nada.

—Harry ¿qué pasa?

—Oficial Styles para ti y no te acerques a mí de nuevo.

El portazo es lo que hace que Louis se encoja un poco triste porque aunque él es un chico optimista, hay veces que necesita ser abrazado y contenido. Es un adulto pero en ocasiones, necesita de ella.

Toma su teléfono, presiona la marcación rápida 1 y escucha el pitido hasta que la llamada entra a buzón y la respuesta automática se oye en el otro lado de la línea.

—Hola mami.



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Los días me pesan como nunca y la tristeza simplemente no se va. Sé que cada uno lidia con algo, por eso digo "hoy solo quiero tomarme de las manos y tomarnos un tiempo para respirar". Un abrazo.

MAKI <3

Llámame HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora