Llámame Harry

Capítulo 34 "El zapato"

@-Annamnanskndnanan-  Gracias!

—Entonces, ¿No vas a quedarte esta noche?

—Mi turno comienza en una hora amor, tengo que irme. Solo quiero asegurarme de que estés a salvo de rufianes y peligros.

—¿Cuidando mi virtud? —ironiza.

—Sí. He lanzado mi Especto Patronus, he dejado un dragón al frente, los cocodrilos están cerca de las puertas, hay tres campos de cerca electrificada, créeme Cap, estás a salvo.

—Necesito entender de qué hablas.

—Tenemos que ver la saga completa mi amor.

Han tenido una excelente semana, han paseado, Harry finalmente ha visto "El señor de los anillos" y no pudo estar más ruborizado cuando entendió por qué Louis lo comparó con un elfo.

Sin embargo; los turnos por las noches de ambos no les han permitido dormir juntos y aunque han sido apenas siete días, se extrañan demasiado.

Es difícil ser la cuchara pequeña cuando se es la única cuchara.

Louis sonríe cuando mira a su novio hacia el lado derecho de la cama, ha dejado el espacio suficiente para un invitado, tal vez alguien furiosamente atractivo y protector, alguien con las palabras sucias que tanto le gustan a Harry pero las manos más suaves para acariciarlo.

El castañito entrecierra los ojitos para ver mejor, al lado de Harry, en el extremo de la cama por debajo de las sábanas se esconde un zapato.

Sí, un zapato... de Louis.

Harry hace un pucherito y Louis muere de ternura cuando lo ve, se acerca a su rostro y le regala una caricia con su nariz, convirtiéndolo en un besito esquimal.

—No quiero que te vayas.

—Bonito, no quiero irme pero debo trabajar.

—Quédate, te mantendré.

—¡Si! —eleva sus manos al cielo como señal de victoria —Mi sueño siempre fue tener un Sugar Daddy que me deje sus uñas marcadas por toda la espalda, que me ponga las manos en el cuello y... ¡Qué ganas de que me muerdas una pompi! ¡¿Tienes las esposas?!

La carcajada de Harry es monumental con las tremendas imágenes que su cerebro fabrica pero no se rinde.

—Por favor, cumpliré tus deseos de esa lencería de la que hablamos, quizás ya la tengo...

—No hagas esto amor, —suplica con un tono de cachorro— gano por comisión, mientras más viandas es mejor la paga. Debo irme.

—¿No te gustaría descubrir de qué color es el encaje?

—Tiene que ser rojo, —declara serio— es mi color favorito. Dime que compraste rojo, por favor.

Harry se ríe pero no responde, en su lugar lo atrae y juega a besarlo pero no lo hace, solo lo tienta con la sensualidad de una pantera.

—Mañana, si me dejas, puedo invadir tu casa.

—Invádeme la casa, la vida, el cuerpo...

Louis sonríe igual que un maestro orgulloso de los avances de su alumno, sin embargo; no resiste y junta sus labios, el beso es fuerte, duro y empieza a crear grandes sacudidas en el cuerpo del otro.

—Éste —dice con petulancia —es un beso de "segundo piso"

—¿Por qué? —pregunta con inocencia el oficial.

—Porque lo que se hace arriba, se siente abajo.

—¡Tomlinson!

—Te voy a dejar un regalito para que no me extrañes.