Capítulo 6: lo que una vez fui

798 84 22
                                    

Siempre me he preguntado, ¿por qué demonios los recuerdos vuelven en los momentos más peligrosos? ¿Para causar más dolor? ¿Para hacerte más fuerte? ¿Cuál es su propósito? Ninguno, supongo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Siempre me he preguntado, ¿por qué demonios los recuerdos vuelven en los momentos más peligrosos? ¿Para causar más dolor? ¿Para hacerte más fuerte? ¿Cuál es su propósito? Ninguno, supongo. Ninguno que interese en el momento menos esperado.

Y yo sé algo; lo que haya pasado en el pasado, ya no interesa. Influye en lo que sigue para uno, pero no debe continuar atormentándonos. O por lo menos a mí. Así que hoy, no me importa lo que ya haya sucedido, algo que a mi presente afectó, no me interesa. Porque hoy mi vida corre riesgo, como hace años también lo corrió. La única diferencia esta vez, es que no me interesa morir, sin embargo, tampoco estoy tan interesado en seguir viviendo.

¿O algo ha cambiado?

Si es así, ¿qué fue? ¿Y cómo seguiré adelante cuando lo único que necesite sea la protección que nunca me han dado?

Antes, mucho antes, era la persona perfecta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Antes, mucho antes, era la persona perfecta. Tenía buenas clasificaciones, ayudaba a todos, me querían, mis padres estaban orgullosos de mí. Sí, lo tenía todo. Pero todo cambió, de un momento para el otro. A veces considero que fue mi culpa, pudo haberlo sido. Lo fue. No lo sé. Pero estoy seguro que también fue la culpa de ellos; de aquellas personas que juraban quererme y cambiaron su lealtad inmediatamente ante el primer error.

Los humanos somos frágiles, estamos corrompidos. Somos seres que, pese a tenerlo todo, deseamos más. Y aquella cosa que me pasó, lo que me volvió así, fue el producto de alguien más.

Sigues siendo un don nadie. O, me lo negarás, ¿Hyun Cha?

No. Esta vez no lo negaré. No soy capaz.

No soy capaz de decir que tampoco fue mi culpa, porque lo fue: yo dejé que sucediera.

Centré mi atención en el ojo gigante, ignorando la voz interna que "intentaba" hablarme. Me impulsé con fuerza sobre él, clavando la punta del mango en el colchón. Fallé. Retrocedí unos centímetros cuando me di cuenta que el monstruo ya me tenía amarrado con su extraña cola o cuerpo. Esa misma se enrolló con fuerza sobre mi cuello, intentando estrangularme, tuve suerte de interponer mi brazo con mi cuello.

El Rey de los Monstruos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora