Se encontraron por error, quizás.
Se hablaron, por obligación.
Se hicieron cercanos por compromiso.
Se fueron acercando más de lo que podían.
Se hicieron grandes amigos.
Y ellos sabían lo que querían, y también lo que no podían tener. Su error...
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Subir las escaleras con aquella enorme caja para mi monstruo era pan comido, pese a ello, Hyun me pidió —ordenó, mejor dicho. Pero si digo me pidió suena mucho mejor — que le dejara ayudarme. Con un poco de disgusto lo hice, y ambos tomamos la caja por sus bordes. No es que quiera hacerme el fuerte para impresionarle ni nada de eso —quizás un poco—, sino que sentía que iba más rápido de dicha forma.
De igual manera no dije nada, puesto a que esa situación me dejaba estar a su lado. Íbamos llegando al piso catorce con frenetismo, puesto a que los monstruos nos perseguían por detrás. Nuestras respiraciones eran aceleradas cuanto mas avanzábamos. Jisu y Jayhun nos cuidaban en las espaldas, mientras que Byeong-li, Duski, Seop, Yuri, Hyein y Eun y los niños por delante.
—Hay algo extraño en todo esto —dije.
—¿Qué?
—Los monstruos por lo general se mantienen alejados de los territorios poco familiares —respondí con la voz entrecortada —. Y ahora todos se están reuniendo aquí de la nada…es raro.
Noté por el rabillo del ojo como Hyun tragaba saliva y miraba a la guitarrista con nerviosismo. Eso me resultó aún más extraño.
—Mmm, tal vez la jodimos con algo que no debíamos meternos —susurró Hyun con un hilo de voz. Lo miré inquisitivo, intentando averiguar qué quería decir.
—¿Ah?
—¿Que si jodimos algo realmente importante para ellos? —aclaró Jisu, con una voz neutral.
—¿Qué quieres decir? —pregunté cuando Hyun dejó de moverse, entonces él captó mi mirada e inició con su explicación:
—Bueno, había una clase de huevo en el apartamento 1408. En el mismo lugar donde estaba antes el “monstruo” de la señora.
—Y parecía que había algo dentro de él. Pero dudo que haya sido ella.
Mi voz quedó nula contra mis cuerdas bucales. Desconocía qué era aquella cosa puesto a que el monstruo dentro de mi nunca había hablado sobre una nueva transformación. Claro, a menos que me haya mentido. Y era muy probable que lo haya hecho. En sí, no se podían confiar en los monstruos, pero intenté hacerlo.
—¿Un huevo? Eso es nuevo.
—Ajá, apuesto a que se enojaron cuando Ihyun lo destruyó —añadió Hyun —. Pero no sé para qué era el huevo…
En mi mente no cabía la posibilidad de que aquello existiera, sin embargo, no pude dejar de atar cabos sueltos. Si lo que había dicho Hyein era cierto, y aquella mujer era un monstruo, ¿cómo se relacionaba con la de la situación de la señora que cuenta Hyun? Su monstruo se transformó en un huevo. Y cuando ese huevo fue destruido, los monstruos se molestaron y vinieron hasta aquí. En busca de qué, ¿venganza?
En ese caso, tendría sentido la posibilidad de que el monstruo haya evolucionado y se hubiera convertido en un ser parecido a una persona, lo que era algo ilógico y difícil de creer. Sin embargo, en un mundo como este, no parecía imposible. Aun así, debía convencerme de que aquella idea tenía sentido.
