No existe un fin

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—¿Es normal, no?

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—¿Es normal, no?

—¿El qué?

—Querer despertarme todos los días a tu lado.

Hyun sonrió burlón, levantándose de la cama con sumo cuidado. Siempre lo hacía, como si tuviera miedo de despertar a unas personas inexistentes. Después de todo, no había nadie —a excepción de nosotros dos— en aquella habitación.

Cinco años no parecían ser suficientes como para hacerme entender que todo había terminado. Bueno, cambiado en lo que cabe. Como mi monstruo había dicho, iba a iniciar una nueva transformación, una nueva vida para ellos. Recuerdo todo lo que sucedió cuando me transforme completamente, recuerdo todo lo que vino después. Fue, para decirlo bien, un nuevo renacer.

Supongo que el deseo de volver a verlo y estar a su lado fue lo suficientemente fuerte como para no olvidar nada. Eso y que encontré una grabación tirada en una parte del edificio, allí hablábamos todos (cada quien en su turno) y cuando tocó el mío, supe que iba a decir.

—Oh, de acuerdo

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—Oh, de acuerdo. Me estoy convirtiendo. Aunque hice un trato con el monstruo, no sé cómo terminará todo, y si me llego a transformar en algo que no quiero, sé que será porque no tuve otra opción.

Pasé la mano por mi cabello y solté un suspiro, esperando que no hubiera nadie que me escuchase.

—No tengo idea si alguien encontrará esto, y si ese alguien llego a ser yo después de mucho tiempo, pero quiero decir algo —relamí mis labios en busca de consuelo y pensé en como hablar —. Hyun Cha, cuando te conocí, creí que eras raro, y una herramienta que podía usar. Eso eras, un objeto. Pero con el paso del tiempo, después de conocerte bien, debo admitir que me he equivocado.

Era cierto, mi primera impresión fue de lo más estúpida. Mi comportamiento luego lo fue aún más. Y podría decirse que mis sentimientos eran de lo más débiles, siendo que no es posible que me enamorara tan de pronto, pero lo hice. Lo hice y no sé arrepentirme de ello.

—En realidad eres alguien impredecible, con una cáscara de frialdad increíblemente bien puesta, una que he visto caerse y volverse a elevar. Tu fortaleza es algo contagioso, ¿sabes? Sin ti, quizás muchas cosas no habrían salido.

El Rey de los Monstruos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora