Capítulo 9: un camino

31 2 0
                                    

Ni bien puse un pie en aquella cocina, la voz de Wook llenó el silencio con un tono autoritario

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ni bien puse un pie en aquella cocina, la voz de Wook llenó el silencio con un tono autoritario. Tragué saliva, no con miedo hacia él, más bien, miedo hacia lo que yo quería hacer.

—¿Decidiste, Hyun?

—Wook —replicó Jisu. Estaba sobre una encimera, comiendo algo que no alcancé a distinguir —, deja de comportarte como un imbécil.

El silencio fue roto por mis pasos erráticos. Cuanto más me acercaba a ellos, peor me sentía. ¿Qué podía hacer? Observé los rostros de los niños, tan consternados como yo mismo. ¿Cómo podría irme? Eun caminaba de un lado al otro, con el cabello amarrado en una cola. Se veía preocupada, y de vez en cuando masticaba las uñas de sus manos.

—Tiene que decidir. No vamos a arriesgarnos más por su indecisión.

—Me parece que deberías calmarte —añadió Yuri, dejando una taza humeante sobre la encimera —. Por él seguimos vivos.

—¿Creen que el que está mal soy yo?

Su esposa guardó silencio, y tras este, comenzó a sonar el agua cayendo sobre aquella casa. Los truenos hicieron eco, acallando todavía más lo que quería decir. Lo que estaba dispuesto a decir y hacer. Un frío me envolvió de pies a cabeza bajo sus atentas miradas. Wook lucía furioso, Yuri indecisa, Jisu y Jayhun más serenos que cualquiera.

—Está bien, chicos. Wook solo busca su protección —dije, manteniéndome un tanto alejado de ellos. Y así, con la respuesta en la boca, me obligué a hablar —. Me iré hoy.

La boca de Wook se torció en una mueca furiosa. Supe en ese instante que lo había cagado todo.

—Tampoco te hagas la maldita víctima, Hyun.

—¿Crees que eso hago?

—Desde que Hyuk no está te comportas como un idiota.

—¿Y qué pretendes que haga? ¡Ahora mismo comienzo a festejar que mi maldita pareja está perdida en Corea!

—¡Y quizá también esté muerto, supéralo de una vez!

Superarlo.

Él lo decía como si fuera fácil y sencillo dejar a tu primer amor en un lugar lleno de monstruos capaces de arrancarle la cabeza. Él lo decía como si fuera sencillo olvidar todo lo vivido con una persona. Pero claro: para él era fácil hacerlo, porque su familia estaba allí, a su lado día y noche. Era fácil porque tenía alguien a quien aferrarse si perdía a otro. Yo no. Yo solo me tenía a mí mismo, y hasta eso me faltaba a veces.

Apreté la mandíbula, furioso. Wook jamás había tenido tacto para decir las cosas, de hecho, era de lo peor. Sin embargo, últimamente su carácter empeoraba cuando se trataba de nosotros dos. Y quise suponer que era el rechazo que le causaba saber que antes fui un monstruo y que mi propia pareja era un monstruo. ¿Pero acaso podía culparlo? Lo cierto es que no. Él tenía toda la razón en temer de nosotros, y nosotros teníamos todo el derecho de querer sentirnos normales.

El Rey de los Monstruos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora